Jueves 27 de Marzo de 2025
Leído › 1963 veces
Estados Unidos podría imponer aranceles de hasta un 200% a los productos alcohólicos importados desde Europa si finalmente Europa, tras el periodo de negociación establecido, decide continuar adelante con los aranceles al bourbon.
Pero aunque de momento no se ha producido, esta amenaza es muy real y ha obligado a importadores, bares y restaurantes a frenar sus pedidos y revisar sus estrategias ante la posible entrada en vigor de nuevas tasas a partir del 2 de abril. Las decisiones del gobierno de Donald Trump han generado inquietud en todo el sector, que teme un impacto directo sobre precios, márgenes y disponibilidad de productos.
En el puerto francés de Le Havre, un cargamento de más de 1.100 cajas de vino destinado a la empresa Loci Wine, con sede en Chicago, permanece en espera. Su fundador, Randall Bush, explicó que los vinos, ya pagados a una docena de bodegas familiares europeas, no viajarán a Estados Unidos hasta que se conozca el contenido definitivo de las medidas. Como muchos otros importadores estadounidenses, ha seguido las recomendaciones de la US Wine Trade Alliance, que a mediados de marzo pidió a sus miembros detener cualquier envío desde Europa mientras se mantiene la incertidumbre.
Las tarifas, que se aplicarían como porcentaje sobre el valor declarado en el momento de entrada, podrían dejar a muchas empresas al borde del cierre. Benjamin Aneff, presidente de la USWTA, explicó que incluso un aumento del 50% sería difícil de asumir para muchos negocios pequeños. La organización considera que los aranceles propuestos afectarían a empresas familiares y a una cadena de distribución ya tensionada por los elevados precios logísticos y el descenso del consumo.
Durante su anterior mandato, Trump ya impuso aranceles a productos europeos en respuesta a un conflicto comercial con la UE sobre subsidios a la aviación. Aquella medida incluyó tasas del 25% sobre vinos franceses, whiskys escoceses y quesos italianos. En junio de 2021, la administración de Joe Biden retiró estas medidas, pero el recuerdo de su impacto aún está presente entre los importadores, como André Tamers, de De Maison Selections, quien afirma que entonces pudieron sortear la subida negociando directamente con los productores.
La amenaza de nuevos aranceles ha llevado a algunos operadores a aumentar sus compras por adelantado. Es el caso de Parcelle, empresa con tienda online, dos bares y una tienda física en Manhattan. Su cofundador, Grant Reynolds, explicó que han hecho pedidos más grandes de rosados para la temporada, con el objetivo de tener suficiente producto en caso de que suban los precios. Otros, como el bar Allegory en Washington D.C., calculan que podrían necesitar invertir hasta 100.000 dólares en inventario si las tarifas entran en vigor.
Algunos establecimientos, sin embargo, afirman no verse tan expuestos. Es el caso de Post Haste, un bar de cócteles en Filadelfia que solo utiliza productos de destilerías ubicadas al este del río Misisipi. Su propietario, Fred Beebe, explicó que optaron por esta vía por motivos medioambientales y de apoyo a la producción local, pero ahora también les ha protegido de los cambios en la política comercial internacional. En su carta no hay vodka francés ni ginebra británica, sino destilados de pequeños productores estadounidenses como Maggie's Farm, en Pittsburgh.
Tanto importadores como distribuidores coinciden en que el momento no es el mejor para una nueva carga fiscal. En los últimos años, el consumo de vino en Estados Unidos ha bajado, especialmente entre jóvenes adultos que prefieren bebidas con bajo contenido alcohólico, productos con cannabis o directamente evitan el alcohol. En este escenario, añadir un sobrecoste a los productos europeos podría desplazar aún más la atención del consumidor hacia otras bebidas más asequibles.
A pesar de ello, muchos importadores no tienen otra opción que continuar operando. Tamers reconoce que la única manera de seguir vendiendo es tener vino en stock, aunque eso implique asumir un riesgo económico. Aneff, por su parte, confía en que se llegue a un acuerdo entre las partes para desvincular el comercio de vinos y espirituosos de otras disputas relacionadas con el acero, el aluminio o los servicios digitales.
Leído › 1963 veces
Fundada en 2007, Vinetur® es una marca registrada de VGSC S.L. con una larga historia en el sector del vino.
VGSC, S.L. con CIF B70255591 es una entidad inscrita en el Registro Mercantil de Santiago de Compostela, Boletín 181, Referencia 356049 en el Tomo 13, Folio 107, Sección 6, Hoja 45028, Inscripción 2
Email: [email protected] | Telf.: +34 986 077 611
Sede y oficinas en Vilagarcía de Arousa