Francia ya se prepara para sortear nuevos aranceles al vino

La FEVS insta a la UE y al Gobierno francés a iniciar diálogo con el equipo de Trump

Lunes 11 de Noviembre de 2024

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El retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos tiene en vilo a la industria vitivinícola francesa, que recuerda con preocupación los efectos de la "tasa Trump" de 2019. En ese año, la Administración Trump impuso un arancel del 25% a los vinos tranquilos franceses con una graduación inferior a 14 grados y embotellados en envases de menos de dos litros (la mayoría de vinos), como represalia en un conflicto comercial relacionado con los subsidios a Airbus y Boeing. Esta medida supuso un fuerte revés para las exportaciones francesas, con caídas del 28% en valor en el periodo de octubre de 2019 a septiembre de 2020, afectando gravemente a una industria que depende en gran medida del mercado estadounidense.

Estados Unidos representa el principal destino de las exportaciones de vino francés, con un 22% del volumen total y un valor de 3.600 millones de euros, según datos de la Federación de Exportadores de Vinos y Espirituosos de Francia (FEVS). El impacto de las anteriores sanciones comerciales fue significativo, con una pérdida de mercado frente a países como Italia y Nueva Zelanda, cuyos vinos no fueron objeto de estos aranceles. Esta situación obligó a muchos productores franceses a buscar soluciones como exportar vino a granel o enviar vinos forzando más de 14 grados de alcohol, que no estaban sujetos a la misma tarifa.

Ante el reciente triunfo electoral de Trump, figuras clave del sector no ocultan su preocupación. Jean-Marie Fabre, presidente de los Vignerons Indépendants, lamenta ante AFP que la suspensión de las tarifas en 2021 no se aprovechara para resolver el conflicto de fondo. "La amenaza sigue siendo real", advierte, y recuerda que el mercado estadounidense sigue siendo un destino estratégico tanto en términos de volumen como de valor, especialmente para denominaciones que dependen casi exclusivamente de esa relación comercial.

La preocupación no se limita a los productores. Instituciones como la FEVS han instado a la administración francesa y a la Unión Europea a iniciar un diálogo inmediato con el equipo de transición de Trump, buscando evitar un nuevo episodio de tarifas punitivas. Thierry Breton, excomisario europeo, ha subrayado la necesidad de estar preparados y conscientes de las fortalezas del continente, enfatizando que la estrategia de Trump siempre ha sido transaccional y basada en el intercambio de concesiones.

El daño que una nueva ola de aranceles podría causar llega en un escenario complicado, donde la industria del vino ha tenido que hacer frente a los efectos persistentes de la pandemia de Covid-19 y a otras dificultades económicas. Florian Ceschi, director del despacho de corretaje Ciatti en Francia, resalta que la anterior crisis de tarifas provocó cambios significativos en las estrategias de exportación, como la venta de vino a granel o la apuesta por formatos alternativos como los Bag-in-Box (Bib), que quedaron exentos de las tasas de 2019. Sin embargo, añade que estas soluciones no están exentas de riesgos, ya que pueden requerir inversiones adicionales y complicar las relaciones con los distribuidores estadounidenses.

En paralelo, Foued Cheriet, experto en marketing del vino y profesor en el Instituto de la Vid y el Vino de Montpellier, destaca que las bodegas deben considerar desde ahora alternativas para mitigar el posible impacto económico, como diversificar sus mercados o renegociar las condiciones comerciales con los importadores americanos. También señala que una aceleración temporal de las exportaciones podría ser viable para evitar las tasas, siempre y cuando las bodegas puedan financiar el almacenamiento de grandes volúmenes antes de la posible entrada en vigor de los nuevos aranceles.

La situación, además, se enmarca en un panorama más amplio de problemas económicos en la propia industria estadounidense del vino, donde la producción y distribución han sufrido caídas similares a las de Europa. Según Ceschi, las dificultades internas en Estados Unidos y otros temas urgentes en la agenda de la nueva administración, como la situación en Ucrania o las tensiones comerciales con China, podrían hacer que las tarifas al vino no sean una prioridad inmediata. Aun así, los exportadores franceses no pueden permitirse confiar en ello, y los próximos meses serán decisivos para determinar el impacto real de este nuevo capítulo en las relaciones comerciales transatlánticas.

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