Barnier, defensor del vino, asume el cargo de primer ministro de Francia

Michel Barnier, nuevo primer ministro francés, promete un impulso al sector vitivinícola

Jueves 05 de Septiembre de 2024

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Michel Barnier, nombrado por Emmanuel Macron primer ministro francés este 5 de septiembre, es un político experimentado que ya ha trabajado en diversas crisis relacionadas con el sector vitivinícola. Durante su tiempo como ministro de Agricultura y Pesca entre 2007 y 2009, Barnier se ocupó de asuntos clave para el viñedo francés, desde la modernización de la viticultura hasta la gestión de la sobreproducción de vino. Según Jérôme Despey, presidente del consejo especializado en vino de FranceAgriMer, la llegada de Barnier a Matignon podría suponer un avance significativo para el sector vinícola, que busca soluciones a problemas estructurales como el cambio climático y la desregulación del mercado, así como a tensiones actuales, entre ellas la inflación y la inestabilidad geopolítica.

Entre los logros de Barnier como ministro de Agricultura destaca su implicación en la reforma de la Organización Común del Mercado vitivinícola (OCM vino), promovida en 2007 por la Comisión Europea. En un momento en que la comisaria europea Mariann Fischer Boel impulsaba una mayor liberalización del mercado, Barnier fue capaz de moderar algunas de las medidas más drásticas, como el plan de arranque masivo de viñedos. Su enfoque se centró en una modernización estructural que incluyó la inversión en el sector, la promoción del vino francés y la creación de consejos de los distintos valles vitivinícolas, lo que contribuyó a mejorar la competitividad de los vinos franceses en el mercado global.

El papel de Barnier en la defensa de los intereses de los viticultores también se evidenció en la cuestión del coupage de vinos rosados, una propuesta europea que permitía mezclar vino blanco y tinto para producir rosados, lo que fue visto como una amenaza a la autenticidad de los vinos franceses. Barnier, junto con los productores vitivinícolas y varios Estados miembros, logró frenar esta iniciativa, mostrando su capacidad para proteger el patrimonio vitivinícola del país en negociaciones europeas.

El sector vinícola francés ahora espera que, con Barnier al frente del gobierno, se avance en temas como la validación de la demanda de arrachage (arranque de viñedos) permanente en Bruselas, la implementación de un arrachage temporal, y el desarrollo de un plan estratégico para el vino que reactive la competitividad del sector. Los productores ven en Barnier a un aliado con experiencia en la administración de políticas agrícolas, comerciales y ambientales tanto a nivel nacional como europeo. Esto resulta clave en un momento en que la viticultura francesa enfrenta desafíos profundos y necesita una acción rápida y eficiente para adaptarse a las nuevas realidades del mercado y del clima.

La presencia de un político como Barnier, con conocimientos específicos en estos temas y una sólida trayectoria en asuntos comunitarios, podría ser decisiva para que el sector vitivinícola reciba el apoyo necesario. Las expectativas son altas, y los actores del sector creen que su experiencia en políticas agrícolas y sus contactos en Europa ayudarán a desbloquear muchos de los frenos que han mantenido al sector en una situación difícil en los últimos años.

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