Olfato y vino: ¿La clave para una mente más joven?

El análisis olfativo del vino podría combatir el Alzheimer y la demencia, lo dice la Universidad de California

Lunes 12 de Agosto de 2024

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El sentido del olfato, a menudo subestimado, está revelando su importancia en la salud cognitiva a través de estudios recientes. Investigaciones llevadas a cabo por la Universidad de California han puesto de manifiesto la capacidad del entrenamiento olfativo para mejorar la memoria y prevenir el deterioro mental, especialmente en personas mayores. Estos hallazgos son especialmente relevantes para profesionales como sumilleres, enólogos y catadores, quienes dependen laboralmente en gran medida de su agudeza olfativa.

En el estudio, los investigadores descubrieron que la exposición a ciertos olores puede aumentar significativamente la capacidad cognitiva. Los participantes, hombres y mujeres de entre 60 y 85 años, fueron divididos en dos grupos. Ambos grupos utilizaron difusores con aceites esenciales, pero uno recibió fragancias más intensas. Los resultados mostraron que quienes estuvieron expuestos a olores más potentes experimentaron una mejora del 226% en su rendimiento cognitivo en comparación con el grupo que utilizó fragancias más suaves. Este incremento se reflejó en una mayor integridad del fascículo uncinado izquierdo, una conexión cerebral importante para la toma de decisiones y la memoria.

Además, este estudio no es el primero en vincular el olfato con mejoras en la función cognitiva. Anteriormente, el equipo había demostrado que la exposición a una variedad de olores ayudaba a mejorar la memoria y las habilidades lingüísticas en personas con demencia moderada, y también mostraba beneficios en condiciones como la depresión. La nueva investigación sugiere que el uso de olores específicos puede ser una herramienta sencilla y no invasiva para tratar problemas cognitivos, con la expectativa de que pronto se disponga de productos comerciales basados en estos hallazgos.

¿Son menos profesionales los sumilleres y enólogos de más edad?

Estos descubrimientos tienen implicaciones interesantes para los profesionales del vino, cuyo trabajo implica un constante ejercicio del sentido del olfato. Si bien la práctica diaria puede conferir beneficios cognitivos, también es cierto que el paso del tiempo afecta inevitablemente la agudeza olfativa. Así, los sumilleres más jóvenes pueden tener un olfato más fino, aunque con menos experiencia, mientras que los más veteranos podrían compensar la disminución de la capacidad sensorial con un mayor conocimiento y técnica.

La relación entre el olfato y las enfermedades neurodegenerativas está siendo cada vez más reconocida, especialmente en el contexto de la anosmia observada en muchos casos post-COVID-19. Con más de 70 enfermedades neurológicas y psiquiátricas asociadas con la pérdida del olfato, estos avances en el uso terapéutico de los aromas representan una prometedora vía para la prevención y tratamiento de condiciones como el Alzheimer, el Parkinson y otros trastornos similares.

Este estudio abre un camino para futuras investigaciones y aplicaciones prácticas, que podrían incluir desde herramientas de diagnóstico temprano hasta nuevas formas de terapia para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por enfermedades cognitivas. Para los profesionales del vino y otras personas cuyo trabajo depende del olfato, estos hallazgos resaltan la importancia de mantener activo este sentido como una parte integral de la salud general y del bienestar cognitivo.

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