Caída estrepitosa del vino en Corea

El mercado del vino en Corea del Sur, que en años recientes se perfilaba como un destino prometedor para el crecimiento de la industria vinícola, ha mostrado un claro retroceso en 2023. De acuerdo con los datos del IWSR, el consumo de vinos tranquilos en el país se redujo en un 25% el año pasado, lo que representa una caída significativa en comparación con la disminución del 10% observada en 2022. Este descenso se ha producido en un contexto donde, hasta hace poco, el país experimentaba un incremento constante en el consumo de vino. Por ejemplo, entre 2016 y 2021, el volumen de vino espumoso consumido en Corea del Sur se duplicó, y el mercado de vinos tranquilos en 2021 y 2022 era más del doble del que existía en 2008.

Sin embargo, el panorama para 2023 muestra una tendencia preocupante. El consumo de vino espumoso, que había mostrado un crecimiento positivo en 2022 con un aumento del 21%, también ha sufrido una disminución, con una caída del 16% en 2023. Este patrón contrasta marcadamente con los años anteriores, donde los vinos espumosos, especialmente el champán, habían capturado la atención de los consumidores surcoreanos. A pesar de que el champán logró un aumento del 10% en volúmenes en 2023, esta mejora no fue suficiente para compensar la caída general en otras categorías de vinos espumosos como el cava y el prosecco.

El contexto económico y social parece haber jugado un papel importante en este cambio. En el presente año, según los datos de la aduana coreana, analizados por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), Corea del Sur redujo en cerca del 20% sus importaciones de vino durante el primer semestre de 2024. Este ha sido el peor desempeño registrado en los últimos cuatro años, con un volumen total de 26 millones de litros y un valor de 207 millones de euros. Además, el precio medio de las importaciones ha disminuido un 1,6%, situándose en 7,97 euros por litro. Esta tendencia a la baja se produce después de un cierre de año 2023 que ya mostraba signos de desaceleración en un mercado que anteriormente había sido uno de los de mayor crecimiento a nivel mundial.

El mercado surcoreano, que había sido considerado un destino clave para los productores de vino que buscaban expandirse en Asia, se enfrenta ahora a dificultades económicas significativas. Las importaciones de vino, que tradicionalmente han estado dominadas por productos chilenos, franceses e italianos, han visto una reducción considerable. Nueva Zelanda fue el único de los diez principales proveedores que logró un crecimiento en valor durante el primer semestre de 2024, lo que subraya la amplitud del declive en las importaciones de vino en general.

Las razones detrás de este descenso en el consumo de vino tranquilo han sido objeto de los analistas de mercado de IWSR, que reflejan en sus datos que el aumento de precios y la saturación del mercado han sido factores clave que han afectado la demanda. Aunque el consumo doméstico sigue siendo el principal motor de los volúmenes de vino en Corea del Sur, la frecuencia de consumo ha disminuido, lo que ha resultado en una reducción del consumo general. Los confinamientos durante la pandemia impulsaron el consumo de vino, pero tras la flexibilización de las restricciones en 2022, los volúmenes de venta se vieron gravemente afectados.

En el sector de los vinos espumosos, la situación ha sido más fluctuante. A pesar de la caída general en el consumo, el champán ha mantenido su popularidad, especialmente en el contexto de la cultura del ocio nocturno y la restauración moderna en Corea del Sur. Según IWSR, los altos márgenes de beneficio en la venta de champán han permitido a los operadores de ocio y a los propietarios de marcas realizar inversiones significativas en promociones, lo que ha ayudado a sostener la demanda.

No obstante, el sector del vino premium sigue mostrando potencial, según reflejan los datos de analistas en Vinexpo Hong Kong. La demanda de vinos icónicos de lujo y vinos a granel ha demostrado ser más estable, lo que sugiere que estos segmentos podrían ofrecer oportunidades para los productores que buscan penetrar en el mercado surcoreano.

A pesar de los retos económicos actuales en Corea del Sur, un tercio de los bebedores de vino afirman haber consumido más vino en el último año, con la generación Z y los millennials liderando este aumento. El deseo de experimentar con el vino, considerado un producto sofisticado y de moda, parece seguir siendo fuerte entre los consumidores más jóvenes, a pesar de las presiones inflacionarias y el aumento de los costos.