Douro se tambalean por exceso de producción y caída de ventas

El viñedo del Douro, reconocido mundialmente por su producción de vinos de Oporto y Douro, atraviesa una crisis económica significativa. La región, que se extiende a lo largo de 43.700 hectáreas en el norte de Portugal, se enfrenta a tensiones derivadas de la disminución del consumo de vino y un excedente de producción sin precedentes.

El año pasado, marcas y cooperativas rechazaron uvas de viticultores, una situación inédita que provocó un movimiento de protesta. Teresa Barbosa, propietaria de 30 hectáreas de viñedos en Cima Corgo, relata cómo su comprador habitual redujo la cantidad de uvas compradas, obligándola a buscar nuevos compradores en plena temporada. Casos similares fueron experimentados por otros viticultores, como Monica Araujo, quien tuvo que encontrar un nuevo comprador de último momento para evitar una crisis en su producción.

Las ventas de Oporto y Douro han disminuido considerablemente. En 2023, las ventas cayeron un 5% tras una caída del 22% en 2022. Ricardo Macedo, enólogo del dominio de São Luiz, explica que el principal problema es la disminución global del consumo de vino, sumada a un aumento en las importaciones de vinos españoles, especialmente a granel. Estas importaciones compiten directamente con los vinos locales en restaurantes y otras ventas al por menor.

En respuesta a estos retos, se redujo los rendimientos de producción de Oporto a 104.000 pipas (barricas de 550 litros cada una) en 2023, frente a las 116.000 pipas del año anterior. Esta medida, similar a la adoptada en 1998 cuando se creó la denominación Douro para ofrecer un mercado alternativo a los productores, busca equilibrar la oferta y la demanda. Sin embargo, los precios del Douro siguen siendo significativamente más bajos que los del Oporto, a pesar de los costos de producción similares.

En el Alto Douro, las explotaciones son pequeñas, con un promedio de 2 hectáreas repartidas entre 20.000 viticultores. La alta fragmentación y los elevados costos de producción dificultan la supervivencia de los pequeños productores, mientras que el 87% del mercado está controlado por cinco grandes empresas. Los viticultores han pedido la implementación de contratos de "vendimia" que comprometan a los compradores, pero estas demandas no han sido atendidas hasta ahora. También se solicitan medidas de reciprocidad en el comercio internacional para equilibrar la balanza comercial, especialmente con países como China.

Apoyo gubernamental y estrategias de mercado

El sector vitivinícola portugués recibió en 2023 una ayuda de 20 millones de euros para la destilación de crisis, con 6,4 millones destinados a la región del Douro para eliminar 137.000 hectolitros de vinos secos. Sin embargo, existe debate sobre la continuidad de las ayudas para la reestructuración de viñedos, ya que se teme que nuevas plantaciones incrementen aún más el excedente de producción.

Para contrarrestar la crisis, algunos productores de Oporto están apostando por una estrategia de alta gama con nuevas categorías de vinos como el "50 años" o el "Very Very Old". La quinta da Boeira y la quinta Vieira de Sousa lideran este movimiento, buscando valorizar sus productos y conocimientos enológicos. No obstante, el camino es difícil, y la incertidumbre persiste. Ricardo Macedo expresa la preocupación generalizada al señalar que, si otras regiones vitivinícolas como Burdeos sufren, el Douro también se verá afectado.

Así las cosas, la viticultura en el Douro pasa por un periodo complejo, con grandes retos en términos de mercado y producción. Las respuestas del sector, desde la reducción de la producción hasta la apuesta por productos de alta gama, muestran un esfuerzo por adaptarse y sobrevivir en un entorno económico difícil. La continuidad de estos esfuerzos y la implementación de políticas de apoyo adecuadas serán clave para el futuro de esta histórica región.