¿Cómo elegir la mejor copa para el vino?

Tomar una copa de vino es una liturgia deliciosa y un deleite. Para disfrutarla al máximo, es fundamental hacer uso...

Úrsula Marcos

Compártelo

Leído › 8208 veces

Tomar una copa de vino es una liturgia deliciosa y un deleite. Para disfrutarla al máximo, es fundamental hacer uso del recipiente correcto, pues hay una copa perfecta para cada vino. Por ello, conviene aprender algunas cosas sobre ellas.

¿Por qué hay que utilizar copa de vino en vez de vaso?

No hay que dudar entre vasos o copas: para degustar un buen vino, las copas son las idóneas, el vino nunca en vaso.

Los vasos se emplean todavía en algunos sitios para chatear, un consumo rápido y menos exigente asociado al tapeo. Sin embargo, especialmente para los más nostálgicos, conviene señalar que se ha comprobado que alteran el sabor real del vino, ya que disipan algunas sustancias volátiles y alteran la longitud del sorbo. Es decir, el vino en vaso sabe peor. El único motivo por el cual estaría justificado emplear un vaso es para camuflar un mal vino o un vino con defectos, intentando que los aromas se disipen, el vino pase directamente a la garganta... y, en definitiva, que el paladar del consumidor no se de cuenta de lo que está bebiendo.

Principales cualidades de las mejores copas de vino

En todo caso, las copas deben ser siempre de cristal o vidrio de calidad, y sea de un material u otro, el grosor debe ser muy fino. Su transparencia debe ser total, con el fin de captar todos los matices visuales, desde la limpidez al color. Para ello, es importante evitar los ornamentos que desvían la atención y alteran la percepción: los colores, las serigrafías y los tallados son siempre inaceptables.

La forma y tamaño de la copa

La forma es otro factor determinante. Por tanto, procede considerar las cuatro zonas gustativas (principales) de la lengua humana que perciben gustos diferentes:

  • Los extremos interiores captan lo ácido.
  • Las zonas laterales delanteras perciben lo salado.
  • La punta asimila el dulce.
  • La parte posterior recoge lo astringente (amargo).

Copas grandes, y especialmente las de cáliz alto, "disparan" el vino con mayor facilidad hacia la parte posterior de la lengua, potenciando los sabores astringentes y ácidos, mientras que copas más pequeñas, como los catavinos o las copas de Jerez, entran en las partes iniciales de la lengua potenciando los sabores dulces y salinos.

De este modo, los vinos blancos, tintos o rosados, se verán beneficiados de copas grandes que potencien los taninos y la acidez, pero si el vino tiene demasiada demasiada astringencia, en tintos, quizá convenga reducir el tamaño de la copa. Del mismo modo, los vinos dulces o salinos, como los generosos de Jerez o los de Porto, se disfrutarán mucho más con copas muy pequeñas, que potencien los sabores dulces y salados.

La apertura de la boca de la copa también influye en el "tiro" del vino en la boca. Como criterio genérico, cabe aplicar estas referencias:

  • Acabado con boca más abierta. El vino se enfoca hacia la parte central y posterior. Es la mejor opción para jóvenes y afrutados.
  • Acabado con boca más cerrada. El líquido se orienta hacia la punta de la lengua, lo que incrementa el disfrute de los tintos tánicos, los dulces y minerales.

Otros aspectos de la forma de la copa

Asimismo, el grosor del vidrio puede modificar la percepción y el contacto directo de la mano sobre la copa altera la temperatura del líquido. Los largos tallos de las copas, en ese sentido, evitan este efecto negativo. A su vez, estos recipientes embellecen el protocolo del consumo y mejoran la degustación. Este es el motivo por el cuál las copas se deben sujetar siempre por el tallo, para evitar que el vino se caliente y sepa mal, y porque es más elegante.

En cuando a los diseños, existen infinidad de modelos, pero lo más importante es que la boca de la copa sea más pequeña que la zona central del cuerpo, llamada balón, para evitar que los aromas salgan de ella. En consecuencia, se magnifican en el interior sin escaparse fácilmente por arriba.

Nivel de llenado

Se recomienda no superar un tercio si el vino es seco y hasta la mitad si es un Oporto o Jerez. En caso de ser un espumoso, la copa hay que llenarla casi por completo. Así, se potencia enormemente la percepción olfativa en cada vino.

 

¿Cuál es la copa de vino perfecta? la respuesta a esta pregunta es clara: depende del vino a degustar. Al fin y al cabo, las características y los atributos deseables fluctúan para cada varietal y tipo de elaboración. En cualquier caso, con la copa de vinoperfecta, el placer sensorial se magnifica y la experiencia vinícola eleva los sentidos todavía más.

¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 8208 veces