Croquetas de mejillones al vino blanco: cómo preparar esta delicia

Manuel Rivera

Viernes 27 de Mayo de 2022

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Las croquetas son uno de los platos más populares. Y no es de extrañar, se pueden hacer de muchos sabores, su textura cremosa gusta a niños y mayores, y se pueden comer frías y calientes. Además, se pueden congelar muy bien, por lo que son perfectas como fondo de congelador. Te proponemos una receta sencilla de croquetas de mejillones para que disfrutes de todo el sabor del mar con un toque de vino blanco.

Ingredientes

  • 1 kilo de mejillones frescos
  • 40 gramos de mantequilla
  • 60 gramos de harina
  • 250 mililitros de vino blanco
  • 400 mililitros de leche
  • 300 mililitros del caldo de cocer los mejillones
  • Pimienta blanca
  • Sal
  • Huevo
  • Pan rallado

Dificultad

Fácil

Tiempo de elaboración

20 minutos para la masa

Cómo hacer croquetas de mejillones al vino blanco

El secreto de unas buenas croquetas es cocinar bien la harina para hacer una roux sabrosa y usar leche a temperatura ambiente para que la masa quede sin grumos y cremosa.

Elegir el vino

Para potenciar el sabor de las croquetas de mejillones, vamos a utilizar un vino blanco de calidad para cocer los mejillones. Os recomendamos un vino blanco con toques salinos, seco y con buena acidez. Una apuesta segura es emplear un ribeiro o un blanco elaborado con godello.

Cocer los mejillones

En una cazuela grande para que los mejillones quepan sin amontonarse, ponemos el vino blanco y los mejillones. Cocinamos a fuego alto y tapamos para que se cocinen con el vapor. Ve sacando los mejillones conforme se abran para que no queden demasiado cocidos.

Cuela el caldo para retirar impurezas y saca los mejillones de sus conchas. Pica los mejillones y reserva ambas cosas.

Hacer la masa

En una sartén, pon la mantequilla a derretir. Cuando esté lista, añade la harina y cocina durante 5 minutos a fuego medio. Debe quedar una roux compacta y de color ligeramente dorado.

Añade poco a poco el caldo de los mejillones y con ayuda de unas varillas o espátula, integra bien con la roux para comenzar la masa.

Ve echando la leche poco a poco y lleva a ebullición. Añade la sal y un toque de pimienta. La masa debe cocinarse sin dejar de remover hasta que al moverla con una espátula se despegue de las paredes de la sartén.

Una vez apagado el fuego, añade los mejillones y mezcla bien. Pasa la masa a una bandeja de cristal previamente mojada para que la masa no se pegue. Deja reposar en la nevera hasta que se enfríe, aunque lo ideal es hacer la masa de un día para otro.

Dale forma a las croquetas de mejillones

Da forma a las croquetas. Hay trucos para ganar tiempo, como usar una manga pastelera o congelar la masa y cortarla.

Pasa las croquetas por harina, huevo y pan rallado, por ese orden. Ya están listas para congelar o freír en abundante aceite bien caliente. Sírvelas calientes o frías con salsa tártara o mayonesa.

Las croquetas de mejillones son un aperitivo ideal. Acompañadas de una ensalada son una cena equilibrada y completa. Si te apetece disfrutarlas con una copa de vino, escoge un blanco seco bien frío.

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