Espirituosos España aclara que las eventuales roturas de stock de bebidas espirituosas que se están produciendo no son generalizadas

Son consecuencia de la crisis mundial en el transporte, que afecta al comercio internacional y al aprovisionamiento de materias primas

Lunes 25 de Octubre de 2021

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La crisis generada por la Covid19 impactó de la peor manera en el sector de bebidas espirituosas. De hecho, de todos los sectores de bebidas el que más ha sufrido ha sido el de las bebidas destiladas. Las caídas registradas el pasado año rondaron valores de entre el -30% y el -50% (en algunos casos singulares incluso hasta el -80%), dependiendo del nivel de exposición a la hostelería y al turismo.

El cierre de la hostelería, nuestro principal canal de ventas, supuso que en 2020 se dejaran de poner en el mercado más de 67 Millones de litros de bebidas espirituosas, mientras que los ligeros aumentos en la alimentación en ningún caso compensaron las pérdidas.

A pesar de ser un sector compuesto por empresas centenarias que han vivido muchas vicisitudes desde hace más de tres siglos, difícilmente podrá encontrarse un momento igual en el sector.

Tras pasar lo peor de la pandemia, en estos momentos el sector debería de estar pensando en su recuperación y en alcanzar los niveles previos a la Covid, para lo que es necesario un plan de recuperación económica basado en dinamizar la economía, generar empleo y avanzar en la recuperación, siempre desde el equilibrio fiscal y comercial, teniendo en cuenta las necesidades de todos los sectores afectados, en especial a los que más han caído con apoyo de los fondos Next Generation.

Sin embargo, la recuperación se está viendo ahora lastrada por una enorme inestabilidad en los mercados, una crisis mundial en el transporte que afecta a las importaciones y exportaciones, y también al aprovisionamiento de materias primas.

La Covid y la falta de demanda provocó que los stocks cayeran a niveles mínimos.

Ahora tanto la cadena de suministro y el reaprovisionamiento de la hostelería, tanto de la que venía operando como la que recientemente ha recuperado la normalidad, están aumentando su actividad con expectativas de consumo para recuperar los niveles de 2019.

Desde Espirituosos España queremos dejar claro que la actual coyuntura no es consecuencia de un aumento de consumo, sino derivada de una crisis de transporte y materias primas.

Los casos de roturas de stock, no se están produciendo por un aumento exponencial de consumo. Es más, aún queda mucho camino para recuperar los niveles pre-Covid, algo que en ningún caso se vislumbra alcanzar hasta 2023, y ello además dependerá de los planes de recuperación antes mencionados. Hay que recordar que la crisis económica de la que nos estábamos recuperando hasta que apareció la Covid, redujo las ventas de espirituosos por encima del 30%.

Desmentir por tanto de manera categórica que los incrementos de consumo inmoderados o las conductas abusivas estén detrás de esta situación, que esperamos sea coyuntural y que afecta de manera desigual a las empresas productoras y comercializadoras de bebidas espirituosas en nuestro país.

El encarecimiento y la limitación de las fuentes de energía, complicado por cuestiones geopolíticas y el post Brexit, que está siendo difícil de digerir especialmente en transporte y despachos en frontera, han tensionado gravemente el comercio internacional.

Todo ello está teniendo un impacto en toda la cadena de valor necesaria para la comercialización de bebidas espirituosas, incluido el aprovisionamiento de botellas, cartones, aluminio y en las materias primas necesarias para la destilación de alcohol.

Causas sobrevenidas ajenas al sector, como la crisis mundial de suministros, están afectando negativamente el desempeño de un buen número de empresas, haciendo que sus líneas de producción y suministro no funcionen de forma regular.

Desde Espirituosos España, confiamos en que esta situación sea coyuntural. Y agradecemos las gestiones que se están haciendo en materia de aprovisionamiento y costes de la energía, pero consideramos que sería necesario que el Gobierno incluyera también la carestía de las materias primas, la crisis del transporte y la agilización de los procesos aduaneros en ese mismo horizonte.

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