Los 'tranquilos' con DOP representan más de la mitad de las ventas del vino en España

Los vinos con DOP no espumosos ni generosos representan el 57% del valor total de ventas del vino español y el 28% del volumen, según las cifras de la Encuesta Industrial de Productos del INE

Viernes 31 de Julio de 2020

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Según las cifras de la Encuesta Industrial de Productos del INE, con datos ya publicados hasta 2019 y una serie histórica recopilada por el OeMv desde 1993, los vinos tranquilos muestran el claro predominio sobre el total, y, entre estos, de los vinos con DOP en términos de valor y de los vinos sin DOP cuando lo medimos en litros. Los vinos con DOP no espumosos ni generosos representan el 57% del valor total de ventas del vino español y el 28% del volumen. Los vinos sin DOP tranquilos suponen el 25% de los euros, pero el 64% de los litros. Mientras, los espumosos son también una parte menor de las botellas comercializadas (5%) pero una parte fundamental del valor (13%), como en mucha menor medida les ocurre a los vinos generosos, que apenas suponen el 1% del volumen, pero alcanzan el 2% del valor. A distancia, los vinos clasificados como “de aguja” apenas suponen 6,7 millones de litros por valor de 12,7 millones de euros, mientras los vinos aromatizados o vermut suponen una parte importante del balance con 90 millones de litros por valor de 136 millones de euros en 2019.

Distintas categorías de vinos, que componen la cartera global, pero que evolucionan también de forma diferenciada.

El fuerte crecimiento de los ’90, bueno para todos los tipos de vinos, fue mejor para los vinos tranquilos y de aguja que para espumosos y generosos, particularmente en valor. Entre los primeros, los vinos tranquilos, crecieron algo más rápidamente los vinos sin DOP (21,3%) que los de DOP (19,5%). La relajación de la primera década de este siglo fue evolución negativa para vinos de aguja – que se vienen mostrando mucho más volátiles – y para los vinos generosos y aun ligero crecimiento para vinos tranquilos y espumosos. Y la buena marcha general desde 2010 ha resultado mejor para vinos tranquilos – de nuevo, pero en esta ocasión principalmente blancos – que, para los vinos espumosos, los de aguja y generosos.

Los vinos tranquilos han venido creciendo a mejor ritmo que las otras categorías y, de entre ellos, más rápidamente los vinos sin DOP que los que tienen denominación de origen. Los espumosos fueron también muy bien en la bonanza de los años ’90 pero mucho más lentamente desde entonces, casi estancados en la primera década del siglo y a ritmo del 1,9% anual en la segunda. Los vinos de aguja siguen mostrando una gran volatilidad: muy bien en los ’90 pero con medias de variación negativas desde entonces; como les ha pasado a los vinos generosos que, en términos de volumen no crecieron tanto como el resto en los “felices ‘90” y han caído algo más en los años 2000. Mientras, el vermut y vinos aromatizados muestran una pauta similar de mucha mejor marcha en los ’90 y peor en las dos décadas siguientes, pero sin llegar a caer.

Buena marcha, por lo tanto, para los vinos tranquilos españoles, volátil para los vinos de aguja y algo más lenta para los vinos espumosos, que no parecen aprovechar la tendencia mundial de crecimiento de este tipo de bebidas en los últimos años.

Evoluciones, en valor y volumen, que tiene su reflejo en los precios medios de cada categoría de producto. Los vinos espumosos se han mantenido por encima de todas las demás en los últimos 26 años, rondando los 3€ por litro, pero con grandes altibajos: fuerte subida a finales de los ’90 en la época de la relativa escasez y hasta el excedente del año 2001 y fuerte bajada en 2013 hasta los 2,79 €/l, para volver a recuperar mas tarde el nivel de los 3€.

Los vinos con DOP y los generosos, se sitúan entre los 2€ y los 2,50 € por litro, pero con evoluciones muy diferentes: más volátiles y a la baja entre 1997 y 2009 para los generosos, mientras los vinos tranquilos con DOP crecen con cierta constancia en casi todo el periodo, con una disminución importante en 2014… tras la fuerte producción del año 2013. Y cierran la tabla los precios medios de los vinos tranquilos sin DOP, muy estables en estos 26 últimos años y casi siempre en torno al medio euro por litro.

Ahora, esta evolución general de los distintos precios de las distintas categorías del vino español ¿cómo se compara con el Indice de Precios al Consumo nacional español? Los precios de los vinos españoles, en el conjunto de sus ventas, tanto en el mercado nacional como en los internacionales, ¿han crecido por encima o por debajo del IPC desde finales del año 1993?

Según datos del INE, el IPC nacional entre diciembre de 1993 y diciembre del pasado año 2019 ha crecido un 79,9%. Si comparamos esa cifra con las registradas por las distintas categorías de vinos españoles, encontramos, de nuevo, importantes diferencias.

Por encima han crecido los precios medios de los vinos tranquilos españoles (98,8%), mucho más los de DOP (166%) que los vinos sin DOP (70,1%) y mucho más los precios de los vinos blancos (112,3%) que los tintos y rosados (75,7%). Pero el resto de categorías no llegan a equipararse con la de vinos tranquilos, ni tampoco con la evolución del IPC nacional. Los vinos de aguja incluso disminuyeron sus precios un 12,8% en el periodo, desde los 2,17 €/l de 1993 a 1,89 €/l en 2019; los precios de los vinos espumosos, con sus vaivenes, apenas han crecido un 1,3% en 26 años desde los 3,07 €/l de 1993 a los 3,11 €/l del año 2019 (con un pico de 3,46 €/l en 2001 que no se ha vuelto a alcanzar); los generosos han evolucionado mejor, con crecimiento de sus precios medios de un 30,1% en 26 años pero por debajo del IPC; y el vermut se ha quedado estancado en los 1,50/1,51 €/l.

Luego, el vino español se ha revalorizado en estos años, pero no en todas las categorías por igual y, en la mayoría de ellas, por debajo del crecimiento del índice de precios al consumo general del país. Evolución, que seguramente podría llevar a un análisis más detallado de cómo han evolucionado los costes durante el mismo periodo y, por lo tanto, los márgenes. Y análisis, en tal caso, que seguramente llevaría a diferenciar entre la mejora de márgenes de las bodegas por (i) precios elevados o (ii) mejora de la eficiencia de costes.

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