El coronavirus en el sector del vino: de crisis a oportunidad

¿Cómo cambiará la economía del vino después de la pandemia de coronavirus? Los efectos negativos son graves, múltiples, globales. Pero no olvidemos mirar también el otro lado de la moneda.

Martes 24 de Marzo de 2020

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En los últimos treinta años el sector del vino ha experimentado una serie de cambios que han determinado el actual modelo económico vinícola. Unos cambios que pasan por una dinámica más competitiva motivada, entre otros factores, por la globalización de los mercados, el creciente peso de las economías de escala, la creciente constitución de grandes grupos empresariales, el dominio comercial de grandes minoristas, el auge de la web, el marketing, un mayor número de clientes cada vez más informados y cambiantes, etc.

Si a todas estas circunstancias sumamos la crisis de 2008, el efecto ha sido multiplicador. Desde entonces la combinación, a veces simultánea, a veces secuencial, de estos fenómenos ha afectado profundamente la estructura de la oferta del vino. Basta con decir que de las 45.000 empresas vinícolas (en su mayoría bodegas) solo el 0,34% facturan el 75% del total del sector. En cuanto a las pequeñas y medianas empresas, solo aquellas que han sabido adaptarse al mercado, con menos recursos pero de manera inteligente, entendiendo las necesidades demandadas por los consumidores del nuevo milenio, modificando rápidamente su comportamiento, inventando nuevas soluciones y actualizando su estructura empresarial, han resistido la dureza de aquella crisis que comenzó hace más de una década.

Ahora, el planeta se enfrenta a una nueva crisis sanitaria que se transformará posiblemente en una nueva crisis económica a largo plazo lo que obliga a una reflexión sobre los nuevos cambios que vienen y de que manera afectarán a las empresas vinícolas.

Tal y como publica Civilta del Bere, es hora de acciones innovadoras y de nuevos modelos de negocio. Este medio italiano analiza un informe de Sergio Cimino en el que señalan que el escenario actual no solo impone decisiones y acciones innovadoras, sino que hace que los tiempos de reacción e implementación sean aún más críticos.

En este sentido el autor identifica 5 ideas para superar la crisis económica del coronavirus:

1. Vuelta al mercado interior.

Para comprender completamente el significado y el alcance de la actual situación es necesario ver la otra cara de la moneda y cambiar de la lectura macroeconómica a la microeconómica, eso no quiere decir que las exportaciones desaparezcan, sino que los más rápidos en reaccionar ya han comenzado ayer a vender de manera "más cercana".

2 Vuelta a la cadena alimentaria.

Las empresas deberán inventar nuevas oportunidades, cruzando los estrechos límites del tradicional "sector vitivinícola" y recurriendo a toda la "cadena alimentaria", creando convenios, colaboraciones o alianzas en todos los sectores posibles, sobrepasando las fronteras de empresas encasilladas en el "sector del vino".

3 Desarrollar el turismo.

Del mismo modo, las empresas podrán actuar desarrollando el potencial de combinarse con el turismo, que tiene una facturación 10 veces mayor. En términos más generales, cada bodega podrá inventar una forma inteligente, original y exclusiva de definir propuestas que mejoren su vino, su historia y su territorio.

4 Implementar estrategias diferenciadas.

El coronavirus está "obligando" a muchas empresas a reducir costes y mejorar la productividad, a través del teletrabajo o mejorando la operatividad. Gracias a las herramientas y al conocimiento disponibles, las empresas vinícolas mantendrán sus costos bajo control, evaluando, con pleno conocimiento las funciones, los márgenes y el punto de equilibrio de cada línea de productos, no solo de toda la bodega. De esta forma, podrán llevar a cabo estrategias de comercialización diferenciadas al favorecer los productos que crean el mayor valor y contener las ventas de botellas que generan pérdidas y restan valor.

5 Pensar en positivo.

Pese a la dura situación actual, está demostrado que un estado de ánimo pesimista baja nuestras defensas y somos más proclives a enfermar. Mientras que las personas positivas incrementan sus defensas y son más resistentes a las dolencias. En la economía ocurre lo mismo, hay quien ve un apocalipsis durante una crisis y los hay que desean que estas vengan porque saben que es cuando más oportunidades hay. En conclusión, el coronavirus maldito definitivamente asestará un duro golpe a nuestro sector, pero al mismo tiempo producirá nuevos anticuerpos y nuevos estímulos para identificar y aprovechar oportunidades estratégicas. Ciertamente, como afirman muchos periodistas, ya nada será igual que antes. (Seguramente será mejor).

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