Castelo de Medina vinos de largo recorrido

La bodega vallisoletana presenta sus elaboraciones top con una excelente cata vertical en los salones del prestigioso restaurante Urrechu Velázquez

David Manso

Jueves 14 de Noviembre de 2019

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Una buena forma de conocer vinos es enmarcarlos dentro de un menú maridaje. La simbiosis creada entre plato y vino permite experimentar nuevas sensaciones que acompañen los placeres sensoriales, no solo del simple hecho de catar, sino de disfrutar del vino y la comida en un conjunto armónico. Para la ocasión, Bodegas Castelo de Medida mediante una cata vertical nos permite apreciar la evolución de sus elaboraciones más cuidadas con las originales creaciones de este afamado restaurante.

Un pequeño grupo de afortunados hemos tenido la oportunidad de conocer los proyectos y vinos de esta bodega. Una amena y distendida charla en la que compartir con Mariano de Juan (Director Comercial) y Sara Román (Enóloga) la trayectoria de esta bodega con unas buenas y destacables cifras de crecimiento. Nuevos proyectos en los que las vinificaciones en blancos toman un papel importante. Una clara apuesta por vinos de calidad y que a su vez perduren en el tiempo, buscando preservar la identidad de la uva a la vez que permitan una grata evolución y guarda.

LOS VINOS...

Arrancamos con una cata vertical de dos añadas de su vino Castelo de Medina VS Verdejo 2017 y 2018, el mismo vino, distintas añadas. El más joven, la 2018, presenta los matices propios de la variedad: frescura, una nariz elegante, en el que las notas afrutadas imperan sobre un ligero y agradable fondo de madera. La más longeva, la 2017, la todavía presente fruta abre la puerta a un vino más complejo, donde las notas de crianza adquieren un mayor protagonismo, aromas a bollería, potencia en boca. Una agradable evolución que aporta matices interesantes.

Continuamos con más blanco y de la misma variedad. Castelo de Medina Verdejo FB 2018 y 2014.  En esta ocasión saltamos varias añadas para este vino con fermentación en barrica. La añada 2018 se presenta con menos aporte de barrica que su homónima 2014, los deseos por preservar la fruta, la identidad de la uva, ha llevado a reducir el tiempo de fermentación. Sabia decisión bajo mi punto de vista, ya que quizás el 2014 peque de exceso y las sensaciones varietales se vean eclipsadas por la madera. Ya no hay marcha atrás pero la mirada está puesta en un menor aporte de madera, más equilibrio en este aspecto.

Castelo apuesta por las uvas más representativas de la Denominación (D.O. Rueda), Verdejo y Sauvignon Blanc, siendo esta última la parte más importante de sus elaboraciones.

Para cerrar esta agradable cata, Castelo de Medina nos sorprende con una elaboración  de uvas tintas bajo VT Castilla y León. Syté 2014 y 2008. Un coupage de Syrah y Tempranillo al que nuevamente el paso del tiempo han tratado muy bien. Buena intensidad aromática (frutos rojos), potencia, equilibrio y final largo en la añada 2018, mientras que la añada 2014 la fruta tira más a compota, más especiado, manteniendo el buen equilibrio. Un vino diferente que se sale de lo habitual en esta zona de producción de blancos.

CONCLUSIONES...

Una excelente cata donde los vinos han acompañado durante toda la presentación a los platos propuestos, y los blancos con elaboraciones más complejas han demostrado que pueden acompañarnos perfectamente durante toda una comida. Interesante ver la evolución de las diferentes añadas donde los vinos han cumplido con las expectativas,  su buena acidez permite alargar la vida de estos aportándoles una correcta evolución y la capacidad de poder disfrutarlos en años venideros. Calidad en las elaboraciones de Medina de Castelo para unos vinos de largo recorrido.

David Manso
Licenciado en Marketing y apasionado del vino.
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