La cosecha 2019 y el carro del cambio climático

Como se suele decir y tirando de refranero, no hay mal que por bien no venga y nunca llueve a gusto de todos. Así ha sido 2019 en cuanto a la climatología y su impronta en el mundo del vino

Javier Campo

Jueves 31 de Octubre de 2019

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Si echamos mano de estadísticas y en general, este año 2019 ha tenido como denominador común en casi toda España el que se ha producido menor cantidad de uva, pero de mejor calidad. Claro está que generalizar en este asunto es complejo ya que en España la extensión, la cultura y la diversidad es altísima hablando de tierras y cosechas vitivinícolas.

La sequía ha provocado una merma importante en la parte productiva, pero esto también conlleva que ha habido menos plagas y enfermedades en el viñedo. Obviamente, cada zona es un mundo y cada productor, un universo. Para algunos las cosas no han sido tan boyantes en cuanto a calidad y las pérdidas en kilos presagian pérdidas económicas que en algunos casos son irrecuperables.

Pero démonos cuenta de que en general, las impresiones recogidas por diferentes Consejos Reguladores son más que halagüeñas y si nombramos por ejemplo Ribera del Duero nos encontramos que han recolectado 96 millones de kilos y, sin embargo, el año pasado recolectaron 125 millones. La palabra excelente se ve asociada al número 2019.

La Rioja califica de histórica la cosecha y los resultados pueden ser memorables tanto en sus jóvenes como en los destinados a largas crianzas. La pequeña Terra Alta se sitúa en 35 millones de kilos de uva acostumbrada al estrés hídrico por lo que la calidad, de nuevo será maravillosa.

Si nos vamos a Rueda, la de este año ha sido la segunda mejor cosecha de su historia con unos 114 millones de kilos y con resultados previsibles que alcanzarán la excelencia según algunos de sus oriundos. En Toro rozan los 17 millones de kilos, pero también coinciden en anunciar resultados excelentes para la elaboración de sus vinos.

Nombrar estas regiones productoras es aleatorio. Más o menos en todas, se habla de un descenso de la producción y un aumento de la calidad. Sin embargo, pequeños agricultores y productores no sonríen porque no llegan a los mínimos para cubrir gastos. Llegados a este punto empiezan a surgir preguntas de cara al mercado ya que, si hacemos menos vino y está más bueno, será más caro. La pregunta es ¿nos hemos subido todos al mismo carro para justificar un aumento del precio del vino cuando empecemos a vender la cosecha 2019?

Javier Campo
Sumiller y escritor de vinos
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