Pancho Campo: “Hay soluciones ante el cambio climático, falta voluntad política y empresarial”

Campo lleva años advirtiendo de las consecuencias de la denominada crisis climática y de la necesidad de aplicar soluciones

José Antonio Sanjurjo

Viernes 06 de Septiembre de 2019

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Pancho Campo durante una de sus conferencias sobre cambio climático

La de Pancho Campo es una de las voces que el sector vitivinícola tiene que escuchar cuanto antes. Lleva años advirtiendo de las consecuencias del cambio climático, que cada vez más se define como crisis climática, y de la necesidad de aplicar soluciones prácticas.

En la reciente Conferencia Mundial de Cambio Climático y Vino fraguó el Protocolo de Oporto, un documento de referencia ante un asunto en el que el sector se juega su supervivencia.

En líneas generales, ¿cómo está afectando el cambio climático al viñedo y a los vinos? ¿Son todo perjuicios o hay también alguna consecuencia positiva?

Nosotros llevamos analizando este fenómeno desde 2004 y desde entonces llevamos haciendo congresos a nivel internacional en los que hemos reunido a las principales autoridades. Y es unánime que el cambio sí está afectando a la industria del vino, en unos lugares más que en otros. En algunos sitios es positivo pero en la gran mayoría ya empieza a ser negativo.

Tenemos regiones como Burdeos donde en los últimos años hemos encontrado algunas de las mejores cosechas de la historia. Antiguamente en Burdeos podía haber una cosecha buena cada diez años porque el clima solía dejar la uva al borde de la maduración perfecta. Había que chaptalizar, efectuar correcciones en el mosto para conseguir que el vino tuviese la calidad de Burdeos.

En cambio, en los últimos veinte años hemos visto en Burdeos cosechas espectaculares, como las de 2000, 2005, 2009, 2010... Esto se debe a que ha subido la temperatura media y ahora la uva no tiene ningún problema para madurar. Ya incluso hay bodegas que no chaptalizan.

Pero en otras zonas no son tan buenas las noticias...

Exactamente. Todos podemos recordar las tormentas de granizo del año pasado en el Bierzo, en la Sierra de Gredos y en Oporto. El granizo a partir del envero daña la uva físicamente y también supone abrir una puerta de entrada a infecciones por hongos. Hay regiones que tuvieron una disminución en su rendimiento de hasta un 40%. Eso es mucho dinero, para una bodega pequeña es un palo.

Recientemente la Agencia EFE ha decidido empezar a utilizar la expresión "crisis climática" en vez de "cambio climático". ¿Es usted partidario de esto? ¿Es una expresión que se ajusta más a la realidad que estamos viviendo?

Yo trabajo con el vicepresidente Al Gore y a él siempre le gusta hablar de crisis climática. El principal problema del cambio climático, al que antiguamente se le llamaba casi únicamente calentamiento global, es la incertidumbre climática que genera. Estos días lo hemos visto en el huracán Dorian, con una fuerza y un poder destructivo nunca antes registrado.

No es que antes no hubiera huracanes, lo que sucede es que al calentarse más el agua del mar los huracanes al tocarla, si la temperatura está por encima de 25 grados, absorben toda la humedad y siguen creciendo. Ese es el gran problema. Al aumentar aunque solo sea un grado o la temperatura del océano, los huracanes se hacen más grandes y virulentos.

Campo (derecha) junto a Al Gore en la cumbre de marzo en OportoCampo junto a Al Gore en la cumbre de marzo en Oporto

En definitiva todo es más extremo. Y eso ha ocurrido también en zonas vinícolas, con inundaciones brutales, tormentas y precipitaciones muy destructoras... Antes podía preocupar la sequía en la época de crecimiento de la planta o en la floración. Pero ahora hasta en la época de la vendimia todo el mundo está preocupado porque en cualquier momento te puede caer una tormenta de granizo, lluvias torrenciales o un vendaval.

Esa incertidumbre climática y el cambio en los patrones de los que estábamos acostumbrados es lo que tiene a la gente en jaque.

¿El sector lo percibe de forma consciente o de momento no se ve más allá de que se adelantan las fechas de vendimia?

Al último congreso que hicimos, el 6 y 7 de marzo en Oporto, vinieron 48 ponentes y casi mil congresistas de todas partes del mundo. Su visión era unánime. Ya no estamos en el 'existe o no existe' el cambio climático, eso ya está claro. Ahora el sector trata de ver cómo le está afectando y qué está haciendo cada uno para que los demás puedan coger ideas.


“A largo plazo llegará un momento en que la viticultura será totalmente inviable”


Nosotros tratamos de traer gente experta y es unánime que la crisis climática está afectando a todas las regiones del mundo. Algunas lo sufren más. Por ejemplo, contrariamente a lo que la gente puede pensar, los países calurosos a corto plazo la están sufriendo pero un poco menos. La razón es que las uvas tienen unos sistemas radiculares más sofisticados y profundos, las cepas y los clones que se han plantado son más resistentes a los calores y a la sequía... A corto plazo lo notarán un poco, pero a largo plazo llegará un momento en que la viticultura será totalmente inviable en esas zonas. Y regiones sensibles como Borgoña, Alemania o Austria notan cambios ya bastante drásticos.

En esa cumbre se insistió sobre todo en ofrecer soluciones prácticas ya comprobadas. ¿Las hay? ¿Las tenemos?

Sí, las hay. No solo en el sector del vino, en todos los sectores la tecnología existe. Lo que falta es voluntad política y voluntad empresarial.

El enfoque contra el cambio climático tiene dos tipos de soluciones: uno es la adaptación y otro es la mitigación. Por una parte se trata de poner parches a lo que te atañe en tu sector. Por ejemplo, si sube el alcohol, lo podemos manejar en el viñedo y montar sistemas de irrigación. Son soluciones para la industria del vino pero que no del cambio climático, sino de sus efectos.

La mitigación consiste en implementar todas las medidas que a largo plazo van a ayudar a reducir los efectos del cambio climático: paneles solares, reciclado de agua, mejor gasto energético, mejor gasto del agua que se utiliza en las bodegas, no utilizar tantos productos fitosanitarios... Esto sí frena el cambio climático, lo otro no.

¿Pero hasta qué punto podemos llegar a ser efectivos? Parece un David contra Goliat...

Mucha gente piensa que si las empresas petroleras siguen produciendo petróleo y los coches o los aviones siguen quemando por mucho que se haga en el viñedo va a ser como una gota de agua en el océano.


“Tenemos que tomar consciencia de que la solución ya no está en manos de los políticos, está en manos de todos nosotros”


Pero es que si todos pensamos así nunca arreglaremos nada. Cada uno en su sector tiene que hacer lo mejor posible para paliar los efectos de la crisis climática: en el vino, en el turismo, en el deporte, en el automovilismo... Todos tenemos que tomar consciencia de que la solución ya no está en manos de los políticos, está en manos de todos nosotros. Si los políticos no se ponen de acuerdo para formar gobierno imagínate cómo se van a poner de acuerdo para un asunto como el cambio climático.

Habla de falta de voluntad... ¿En esa cumbre de marzo se percibió alguna intención efectiva de al menos tomar nota del problema y de algunas de las soluciones propuestas?

En Portugal sí. El ministro de Medio Ambiente fue uno de los que apoyó el evento y sí había una voluntad política y una conciencia medioambiental. De hecho Lisboa será la Capital Verde de Europa en 2020.

Por lo demás tenemos claro que hay cuatro líneas a seguir en el cambio climático. Primero tenemos la parte científica, que no es problema porque todos los científicos están de acuerdo en que la crisis climática existe.


“El cambio climático se ha politizado: si eres de derecha automáticamente te dicen que no debes creer en el cambio climático y si eres de izquierda sí”


En la parte política tenemos el principal problema porque el cambio climático se ha politizado: si eres de derecha automáticamente te dicen que no debes creer en el cambio climático y si eres de izquierda sí. O al revés: si eres apolítico y defiendes el planeta automáticamente te llaman 'rojo'. Cuando por un lado está un señor como Trump y determinados gobiernos europeos por otro peleándose para solucionar la crisis climática ahí tenemos el segundo problema.

El tercer problema es la parte económica. Es gordo porque el 76% de las emisiones de gases de efecto invernadero viene de 100 industrias. El 76% de la culpa del cambio climático es de 100 empresas, todas de la industria de la energía: carbón, petróleo... ¿Cómo les decimos a esas empresas que dejen de producir petróleo si todo lo que consumimos está basado en el petróleo, hasta la superficie, la pintura o las redes de una pista de tenis, por poner un ejemplo?

Y luego está la parte social. Tú puedes decir que hay que acabar con la industria del petróleo, que hay que utilizar energía solar y eólica. ¿Qué pasa con la gente que vive del sector de las energías sucias? Acabarías con un problema pero crearías otro.

Campo defiende que las soluciones a la crisis climática están en manos de todos los agentes del sectorCampo defiende que las soluciones a la crisis climática están en manos de todos los agentes del sector

De algún modo tenemos el negacionismo instalado en algunos de los principales centros de poder. ¿Pero considera que son negacionistas por convicción o por interés económico? Es decir, ¿son ignorantes o en realidad son conscientes de que hay un problema pero no les renta luchar contra él?

Ahí está la discrepancia entre la evidencia científica, la voluntad del político y la economía. Cada país tiene un líder diferente que puede pensar de una manera totalmente diferente. Ponerlos a todos de acuerdo es el gran reto.

¿Está trabajando en alguna nueva cumbre?

En 2021 haremos la séptima edición. La primera fue en Barcelona en 2006, 2008 Barcelona, 2012 Marbella... Tuvimos una pausa de un lustro por la crisis económica y en la de 2018 estuvo el presidente Obama como gran líder, este año contamos con el vicepresidente Gore en la cumbre de Oporto, y la siguiente también va a ser en Oporto, en marzo de 2021.

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