España exportó 2.540 millones de litros en 2018, un 11% menos (pero aumenta la facturación)

Una escasa cosecha unida a una subida de precios provocaron una caída en las exportaciones pero un incremento en la facturación

Rafael del Rey

Jueves 13 de Junio de 2019

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Como era de esperar tras una cosecha históricamente corta, España exportó el pasado año un 11% menos de vinos y productos vitivinícolas, pasando desde los 28,7 a los 25,4 millones de hectolitros, incluyendo vinos, mostos y vinagres (apenas 20 millones sin incluir mostos, vinos aromatizados y vinagres).

También de forma previsible, la mayor caída se produjo en el vino de menor valor y más vinculado a la campaña, perdiendo el granel casi un 17% de su volumen de ventas.

Entre los envasados, el espumoso incluso consiguió un ligero incremento en litros del 1,5% (2,4% en el Cava), mientras los vinos generosos perdían el 7%. Más sorprendente resultaba que los envasados tranquilos perdieran un 13% de sus ventas, aunque las heladas y las subidas de precio pudieran justificar esta caída.

Las subidas de precio fueron, efectivamente, abultadas. El granel español, ante la escasez generalizada y, sin embargo, una demanda sostenida, aumentó sus precios medios un 30% hasta los 58 céntimos de euro por litro; moderadamente lo hicieron los vinos de licor (1,7% hasta los 3,79€), los vinos envasados con DOP y espumosos que los incrementaron respectivamente en un 6,8% y 8,5% y más notablemente subieron sus precios los vinos envasados sin DOP, por encima del 20% tanto los vinos con IGP, como los varietales y los envasados sin indicación.

Pero de esta combinación de volúmenes y precios lo chocante fue el resultado para la facturación exterior de nuestros vinos. Graneles mucho más caros hicieron que, pese a la fuerte bajada del volumen, aumentaran su facturación un 8% en 46 millones de euros hasta los 599 millones. De entre los espumosos, a la ligera subida del Cava (4,2%) se sumó la más fuerte de otros vinos de la misma categoría (35%) hasta llevar ésta a los 507 millones de euros, con un incremento del 10%. También tuvieron un resultado positivo los vinos envasados sin DOP, con incremento del 4,8%. Y, sin embargo, la más ligera subida de precios unida a una fuerte caída del volumen vendido, provocó un descenso en la facturación de los vinos envasados tranquilos con DOP del 5%, equivalentes a la pérdida de casi 64 millones de euros, hasta quedar en poco menos de 1.206 millones. Es decir, la final del ejercicio: Granel +46,2 mill €, Espumoso +46,6 mill €, Envasados sin DOP +21,5 mill € y Envasados con DOP -63,8 mill €.

Pérdidas y ganancias que, si las sumamos a los casi 14 millones de euros que se incrementan nuestras exportaciones de bag-in-box y les restamos los 9,5 millones que perdemos en vinos de licor y de aguja, arrojan como resultado la pequeña ganancia neta en 2018 de 54,8 millones de euros.

Es decir, buen año para hacer dinero con un granel relativamente escaso y muy demandado por nuestros clientes pese a su mayor precio, pero malo para los vinos de mayor valor en nuestra cartera y para los que pudiéramos haber pensado que un año corto suponía una oportunidad de reposicionamiento de las marcas. No ha sido así y prácticamente todas las denominaciones de origen se han resentido, frente a la mejor marcha de los envasados sin denominación.

¿Precios demasiado elevados para poder defenderlos? ¿La helada?... en todo caso, motivo de reflexión que entre muchos profesionales lleva a pensar en la necesidad de más esfuerzo comercial (equipo, redes, presupuesto, viajes...) para defender mejor nuestras marcas, en un mercado muy competitivo y en el que gran parte de los productores gestionan ya carteras complejas de productos, donde se entremezclan vinos con y sin indicaciones geográficas, de distintas categorías de envejecimiento, distintos colores y diferentes segmentos de precios.

Por supuesto, no todos los mercados se han comportado igual para los vinos españoles. Nuestros principales mercados de granel, Francia y Alemania, han disminuido sus compras sobre un 9% en litros, pero las han pagado sustancialmente más caras, subiéndoles la factura un 13% y 2% respectivamente. En el mundo del granel, sorprenden más las reacciones de Italia y Portugal. Pese a sufrir subidas de precios del vino español 32% y del 26%, ambos subieron sus compras de nuestros vinos en volumen, lo que da como resultado incrementos notables en sus pagos a España del 40 % en el primer caso y del 34% en el segundo, hasta situarse ambos por encima de los 132 millones de euros. Dos paises a los que las ventas les han ido razonablemente bien el pasado año y que, en ambos casos, han necesitado del vino español para mantener sus redes comerciales, pese al fuerte aumento de precios.

Si el análisis de estos datos es correcto, dos conclusiones pueden obtenerse: Alimentamos a nuestros competidores cuando lo necesitan (veamos si en años de cosecha larga siguen recurriendo al vino español); Que mantienen ventas de mayor valor que las nuestras pese a la menor disponibilidad de vino, gracias a una mejor comercialización. Por cierto, al tiempo que nuestras marcas y denominaciones sufren. En las categorías de vinos envasados, Reino Unido y EEUU sufren ligeras pérdidas en valor y mayores en volumen, mientras China y Rusia muestran fuertes caídas y mejoran algo las ventas en Mexico, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Noruega, así como Irlanda.

Rafael del Rey
Director General del Observatorio Español del Mercado del Vino.

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