Enoturismo: autenticidad y diferenciación como claves para el futuro

En un sector como el del vino en el que la narrativa predominante ha girado en torno a estatus y tradición, se acerca el momento de imaginar cómo se segmentará en el futuro la oferta turística. ¿Habrá lugar para el enoturismo de masas?

Jueves 25 de Abril de 2019

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Es posible el enoturismo sin visitar bodegas, mediante productos que incluyan catas, degustaciones o fiestas

La mayoría de bodegas han construido la oferta de enoturismo como un reflejo del pretendido posicionamiento de sus vinos. Si pensamos en el turismo en el caso español, el desarrollo del turismo de masas permitió a España desarrollar su economía.

A medida que un sector madura la necesidad de segmentación se hace cada vez más pronunciada.  En este momento nos parece interesante imaginar si algún segmento del sector enoturístico estará, por ejemplo, dispuesto a posicionarse como el "Benidorm" del enoturismo o si algún otro ve en el turismo familiar un posible rincón al que dirigirse.

UN SECTOR A DOS VELOCIDADES

Pensemos en dos cuadros diferentes.  De un lado, uno que muestra que la última década ha visto un enorme cambio en la oferta de enoturismo en España.  Se pueden visitar muchas más bodegas, los precios de estas visitas han pasado de ser gratuitas a subir por encima de los diez euros.  Hay más oferta de alojamientos que se vincula al turismo vinculado al vino, más profesionales capacitados, cursos y masters en instituciones de enseñanza. El número de notas de prensa vinculado al enoturismo se ha multiplicado igualmente... Podríamos seguir con muchas otras pinceladas que muestran un sector al alza.

Pero hay otro cuadro bien distinto que cohabita con el anterior. En éste sorprende que no sea posible visitar ninguna bodega en domingo en algunas zonas vinícolas. En este otro cuadro son muchos los visitantes que comentan: "visitada una bodega visitadas todas..." Es un cuadro menos dinámico pero no necesariamente pesimista. Este cuadro nos habla de una realidad que avanza a diferentes marchas y que presenta oportunidades muy diferentes pero, en su conjunto, muy amplias.

Estas dos percepciones, como comentamos, coexisten y es lógico que así sea.  En cualquier proceso de evolución de un modelo de negocio hay actores que cambian antes y tienen más éxito. Puede deberse a su oferta intrínseca, o puede deberse a sus acciones para cambiar esa oferta.

Lo que ocurre en el nivel macro se replica igualmente al observar las dinámicas dentro de cada región o sub-zona. Algunos actores parten con mucha ventaja, otros buscan cómo obtener estas ventajas.

EXPLORAR LAS VENTAJAS PROPIAS

El recurrido ejemplo del puesto de helados es perfecto para entender un mercado como el del enoturismo. Un puesto de helados en una zona con altas temperaturas ubicado a pocos metros de la salida del tren o en la puerta de un gran parque lo tiene mucho más fácil que un puesto en una región fría a tres calles de la entrada del tren...

El barrio de la Estación, en Rioja, disfruta de muchas ventajas intrínsecas para el enoturismo

Desde la agencia turismodevino.com, por ejemplo, pueden percibir las diferencias, oportunidades y desafíos a los que se enfrentan diferentes regiones. El barrio de la Estación en Rioja, por ejemplo, cuenta con la ventaja intrínseca de su historia, la reputación de sus bodegas, su arquitectura o la posibilidad de ir a pie de una bodega a otra.  ¿Cómo pueden encontrar su espacio las muchas otras bodegas de Rioja que no cuentan con estos beneficios? ¿Es necesaria una inversión enorme como la de Marqués de Riscal para explotar la actividad enoturística? La respuesta evidente es que no.

Las bodegas de la Mancha cuentan a priori con pocas de estas ventajas. Las bodegas están ubicadas muy lejos las unas de las otras, sus marcas no son normalmente tan conocidas y son por lo general bodegas más recientes.

LO AUTÉNTICO, UN VALOR EN AUGE

Estos ejemplos muestran realidades muy diferentes que requieren, también, enfoques muy distintos en la comercialización. El potencial no es el mismo para unos u otros jugadores. Lo importante es que cada jugador pueda tomar conciencia de su potencial y exprimirlo al máximo.

En ambos casos hay un valor importante que se debe respetar: la autenticidad. Lo auténtico, lo propio de un lugar es un elemento en auge. Si un producto sólo se ofrece en un lugar el turista estará forzado a desplazarse para descubrirlo.

Siguiendo con el ejemplo de Turismodevino.com, en esta agencia han buscado la segmentación de la oferta en una región tan madura como Rioja ofreciendo a los turistas extranjeros productos muy diferentes para descubrir la región.

Con su marca www.riojawinetour.com ofrecen tours en Rioja que ponen el énfasis en el terruño, en la arquitectura o en los elementos más tradicionales de la región.

Lo mismo ocurre con su marca para tours cercanos a Madrid www.madridwine.com

En este caso una región como La Mancha cobra protagonismo con su vinculación a la imagen de Don Quijote y los molinos, o con su incorporación a tours que combinen la monumentalidad de Toledo con los vinos de la zona.

Si prestamos atención a ambas marcas, sin embargo, las dos enfocan su producto a un mismo tipo de turista: una persona con interés cultural y por la gastronomía y de poder adquisitivo alto.

Diferenciarse con elementos propios, como La Mancha vinculándose al Quijote, es clave en el nuevo enoturismo

ENOTURISMO SIN BODEGAS

España recibe cada año por más visitantes que población existente. La inmensa mayoría se aloja en zonas de playa. La inmensa mayoría se irán sin tener contacto alguno con una bodega ni la cultura local del vino. Sin embargo, en muchas de estas zonas hay bodegas. Yendo un paso más allá, no es necesario que existan bodegas para hacer enoturismo. Catas, degustaciones, fiestas... pueden dar forma a productos de enoturismo que permitan vincular producto de calidad con ventas futuras en el país del turista.

Es difícil imaginar a turistas interesados en pasar unos días bajo el sol y con sus hijos saltando en la piscina del hotel hacer una excursión de más de 100 Euros y de 7 horas de duración para visitar un par de bodegas. ¿Perder un día de playa y piscina para ver barricas? Pero podemos imaginar a esos mismos turistas dispuestos a disfrutar de una fiesta de vendimia cercana al hotel montada en una terraza con vistas al mar cuando la caída del sol da un respiro a los cuerpos.

Hay muchas oportunidades en un país tan rico en vinos y tan afortunado en atraer turistas.

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