Tipos de vino perfectos para combinar con carnes

Cada tipo de carne tiene un sabor característico, por eso es importante escoger bien el vino que las acompañará

Lunes 29 de Octubre de 2018

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El vino es mucho más que una bebida cuando comemos. Además del placer de sentir el sabor de vino inundando nuestra boca, cuando consumimos carne, la bebida de Baco potencia los sabores y sirve para limpiar la cavidad bucal después de cada bocado.

Cada tipo de carne tiene un sabor característico, por eso es importante escoger bien el vino que las acompañará, y más con carnes gourmet. El modo de preparar la carne también influirá en el maridaje, esto es, el proceso de casar el vino con la comida para que aumente el placer de consumir ambos productos. Debemos prestar atención a que se generen sabores más fuertes, amargos o ácidos en la preparación de la carne para adaptarlo también al tipo de vino escogido.

Cabe recordar, así mismo, que el maridaje es una cuestión de gustos. No existe el vino perfecto para cada comida, dependerá del paladar de cada persona. No obstante, sí que existen algunas reglas generales que nos podrán ayudar a elegir el vino más recomendado para cada carne.

VINOS TINTOS JÓVENES O UN BLANCO SECO PARA LOS ENTRANTES

Los vinos ligeros para el comienzo de la comida o la cena serán muy apropiados ya que combinan muy bien con carnes frías como el carpaccio o los embutidos. Ten en cuenta que estas carnes no tienen un sabor muy fuerte, por lo que el vino que escogeremos no debe ser muy potente para que no se enmascare el sabor de la carne.

BLANCOS SECOS PARA LAS CARNES BLANCAS

Carnes con un poco más de cuerpo, pero que no tengan sabores demasiado potentes, como el pollo o el pavo a la plancha, entrarán muy bien en armonía con vinos ligeros o medios. Algún vino blanco seco, pero no ácido, algún blanco ligero, pero de alguna variedad potente, puede ser una buena opción. Para las carnes blancas escogeremos caldos que estén a medio camino entre los vinos más ligeros y los que tengan más cuerpo.

VINOS MADUROS Y CON CUERPO PARA LAS CARNES CON MÁS SABOR

Los sabores más fuertes admiten vinos más curtidos. Escogeremos un vino tinto maduro como un rioja o un ribera para acompañar las carnes rojas. Guisos, estofados, el buey o los platos a base de caza exigen un vino tinto de cuerpo, desde un crianza hasta un gran reserva.

El sabor fuerte de la carne roja o la carne de caza soportará perfectamente la presencia de los vinos con más sabor. Los platos más elaborados entran en armonía con los vinos que más trabajo llevan a sus espaldas, la intensidad y la fuerza del caldo no oscurecerá el sabor de la carne ya que esta también marca perfectamente su presencia en la combinación.

EL CAVA, EL COMODÍN PERFECTO

Si no tenemos claro qué vino utilizar para una carne determinada, siempre podemos echar mano del cava. Este vino espumoso puede utilizarse a lo largo de toda la comida, con independencia del plato. Se recomienda, eso sí, escoger una variedad de cava muy seco del tipo "brut" para que la armonía entre comida y vino sea más adecuada.

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