Así será la bodega del futuro

Sensores en los viñedos capaces de registrar hasta 45 datos diarios de cada cepa y su entorno, análisis de la salud de la tierra mediante imágenes satélite y un análisis de toda esa información para ponerla en manos de los enólogos

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Viernes 19 de Octubre de 2018

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Hacer mejores vinos basados en un mayor conocimiento de los viñedos, el campo y todo el proceso de elaboración. Ese es el objetivo que se ha marcado la bodega Emilio Moro que junto a Vodafone y su proyecto 'Sensing4Farming' ha puesto en marcha lo que no han dudado en bautizar como la bodega del futuro.

Sensores en los viñedos capaces de registrar hasta 45 datos diarios de cada cepa y su entorno, análisis de la salud de la tierra mediante imágenes satélite y un análisis de toda esa información para ponerla en manos de los enólogos.

¿Uno de esos proyectos con muchas palabras que suenan a futuro y mucha tecnología pero de difícil aplicación? En absoluto. Así nos lo explica Juan Moro, presidente de essta bodega afincada en Ribera del Duero que ya ha puesto en marcha esta tecnología y cuyos primeros frutos serán los vinos que saldrán al mercado dentro de unos tres años.

"La intuición que tenían nuestros antepasados para poner un viñedo en una finca determinada, para elegir cuándo había que vendimiar, la cantidad de abono... Todo esto ha cambiado y ahora queremos hacerlo por conocimiento y a través de los datos, es tan sencillo como esto", apunta Moro que hace unos días presentaba el proyecto en la feria IOT Solucions World Congress dedicada a lo que se conoce como el "Internet de las cosas" Pero no se trata de homogenizar los vinos, sino de conseguir cada año la mejor uva posible dentro de las condiciones climatológicas, matiza.

Así que quienes vean en este despliegue tecnológico -que también llegará a El Bierzo donde recientemente Emilio Moro abrió otra bodega- un ataque a la tradición o la magia del vino pueden estar tranquilos, que la idea no va por ahí. Algo que, en última instancia seguirá dependiendo del enólogo, del clima y de factores no controlables aunque sí cuantificables gracias a este nuevo sistema.

"Hace 10 o 15 años ni siquiera sabíamos el tiempo de la semana y cómo programar la vendimia, te la tenías que jugar con el calendario de las cabañuelos", recuerda para cuestionar a quienes abanderan la tradición frente a la tecnología. "Yo sigo haciendo las cosas como mis abuelos, pero sólo en lo positivo, para lo demás hemos avanzado gracias al conocimiento y el resultado es que cada vez hacemos vinos mejores"

Una apuesta tecnológica que también tiene su vertiente medioambiental. Porque, según aseguran desde Emilio Moro, disponer de toda esta información permite trabajar con un viñedo más sostenible y con un impacto mucho menor. "Podemos saber exacatmente -explica el responable de la bodega- la cantidad de abono o agua necesaria en cada zona en lugar de trabajar sólo recurriendo a la intuición o la experiencia"

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