Impulsan un estudio pionero sobre la evolución del vino submarino

El estudio pretende obtener vinos de máxima calidad y gran potencial comercializador

Martes 15 de Mayo de 2018

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El Hotel Cala Jóncols de Roses, que destaca por sus iniciativas innovadoras en el mundo del vino envejecido bajo el mar, llevará a cabo con el Instituto Catalán del Corcho de Palafrugell un proyecto pionero para estudiar la evolución del vino submarino. El Hotel realizó en octubre pasado unos primeros análisis de este tipo de vino y ahora se ha decidido ampliar el estudio con un proyecto más ambicioso.

El estudio se llevará a cabo en diferentes fases. En esta primera fase se analizarán diferentes parámetros químicos del vino como, por ejemplo, su acidez, el pH o su estabilidad. También se analizarán los tapones para ver su influencia en la evolución del vino, y las condiciones ambientales con que las botellas están bajo el agua del mar y se comparará con el vino que ha envejecido en una bodega. Se han colocado unos sensores en las botellas y se irán evaluando periódicamente para ver la entrada de oxígeno del tapón en el vino y ver si las condiciones de presión afectan la entrada de oxígeno.

El proyecto se ha presentado este martes en un acto en la sede de la Cofradía de Pescadores de Roses. El estudio es la culminación de un proyecto que se inició hace nueve años y la voluntad es darle continuidad para seguir profundizando en todo lo referente al mundo del vino submarino.

INMERSIÓN DE LAS PRIMERAS BOTELLAS DE VINO BIODINÁMICO

La presentación del Proyecto de Estudio del vino submarino ha coincidido con la inmersión, en la Bahía de Roses, dentro de las instalaciones de la Cofradía de Pescadores, de las primeras botellas de vino de cultivo biodinámico de la viña de Cala Jóncols. La viña se plantó hace tres años, coincidiendo con la celebración del 60 aniversario del Hotel, y con la intención de recuperar una variedad autóctona del Empordà y del Sur de Francia: el Almez. Estas botellas son las que se analizarán y se les hará el monitoreo para obtener los registros del estudio.

Todas las botellas que se han sumergido en el mar son de vino blanco, y llevan tapones de corcho catalán. La inmersión se ha hecho desde un catamarán con la ayuda de una grúa. Las botellas de vino están recubiertas de unas ánforas de arcilla para que protejan mejor el vino de los saltos térmicos y le den un ambiente de luminosidad más bajo. Estas ánforas han colocado dentro de las jaulas.

En esta primera fase se han hundido un total de 130 ánforas. El envejecimiento del vino se alargará durante seis meses, a una profundidad de 17 metros y una presión próxima a los 2,7 bares.

El Hotel cala Jóncols fue pionero en la promoción de este tipo de vino. En 2009 ya sumergió en el fondo marino de Cala Jóncols (un lugar singular que se encuentra situado en pleno Parque Natural de Cabo de Creus donde se halla ubicado el complejo hotelero) botellas de vino y desde entonces ha llevado a cabo diferentes iniciativas en esta línea. Hace tres años puso en marcha la viña de cultivo biodinámico con la intención de poder sumergir su propio vino (hasta ahora lo había hecho con botellas de otras bodegas). Además, la Cofradía de Pescadores de Roses se implicó en el proyecto con la inmersión en sus instalaciones de las jaulas con las botellas de vino.

BIOTOPO NATURAL

Las jaulas con las botellas de vino que hasta ahora han envejecido a la Bahía de Roses han creado un biotopo natural en las instalaciones de los Pescadores de Roses ya que han provisto de un hábitat que favorece la reproducción de los pulpos, congrios, estrellas de mar y calamares que hay en la zona. Además, se ha podido resolver el problema del robo de botellas de vino que los responsables del Hotel Cala Jóncols habían sufrido hasta ahora ya que las instalaciones están controladas las 24 horas del día.

VINO PARTICULAR Y ÚNICO

Los responsables del Hotel Cala Jóncols apuestan por el vino subacuático porque consideran que envejecerlo bajo el agua del mar modifica extraordinariamente sus cualidades y lo convierten en particular y único. Con este proceso, el vino consigue tener un paso de boca amplio y fresco con un final ligeramente salino, yodado, muy diferente de lo que tendría el mismo vino envejecido en una bodega convencional.

Las botellas sumergidas son elegidas cuidadosamente, buscando los vinos que mejor se adaptan para su estructura y tanicidad a las condiciones del fondo marino.

Con este proyecto se podrá contar con un estudio preciso y riguroso sobre los efectos beneficiosos de esta práctica. Además, a partir de esta experiencia, los impulsores de la iniciativa han podido comprobar que bajo el agua el vino está influenciado por factores como la presión, la oxigenación, el movimiento constante de la botella por las corrientes submarinas, la poca luminosidad y la temperatura del mar, que hacen que el vino no evolucione de la misma manera que lo hace en una bodega en el suelo. Por otro lado, la oscuridad del fondo del mar permite equilibrar el producto. No en vano, los vinos que se han encontrado en barcos hundidos han demostrado que el mar es un magnífico medio para envejecerlos.

Es un vino que despierta una gran curiosidad entre los clientes del Hotel, no sólo por el aspecto de las ánforas romanas que recuerdan a los vinos ancestrales, sino porque se presenta y se sirve desde las mismas botellas y ánforas tal como salen del agua, a menudo con restos orgánicos del mar pegados, y, principalmente por la originalidad de sus aromas y sus sabores tan especiales.

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