Toro, una tierra rica en sabores y aromas

La cultura del vino y culinaria de esta ciudad zamorana cuenta con una destacada materia prima que da lugar a productos de renombre

Lunes 06 de Noviembre de 2017

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Además de por su patrimonio y por su oferta cultural, si hay algo por lo que Toro conquista a todo aquel que lo visita es por su célebre gastronomía. Con influencias de la gastronomía gallega y asturiana, despuntan platos como el Pulpo a la sanabresa, el Jabalí al tinto de Toro o los Melocotones al vino de Toro, así como una selección de quesos y embutidos con nombre propio.

La identidad de la cocina zamorana, es un equilibrio geográfico entre el oeste y el este provincial. La primera ganadera y la segunda más vinculada a las labores agrícolas. Esta última, a su vez, dividida por el Río Duero que separa la Tierra del Pan, al norte, vinculada a la producción de trigo y la Tierra del Vino, al sur, más especializada en las labores vitivinícolas.

La provincia de Zamora cuenta con una arraigada tradición culinaria basada en el uso de materia prima local de altísima calidad y en la elaboración de suculentas propuestas siguiendo los métodos artesanos, tal y como se refleja en la calidad de sus quesos y embutidos. Además, dada la localización estratégica de este territorio, su cocina recibe influencias de la gastronomía gallega y asturiana, dando lugar a propuestas tan atractivas como el arroz a la zamorana, el bacalao a la tranca o el pulpo a la sanabresa. Siguiendo la estela del saber hacer, la ciudad de Toro cuenta con una estrella indiscutible en su gastronomía, definida por la personalidad del territorio y sus gentes.

Los quesos de Procedencia Toro tienen, como señal distintiva, la marca de calidad D.O. Queso Zamorano. Los métodos de elaboración y maduración siguen siendo los desde hace siglos: leche cruda, cuajo natural de lechazo y sal. Debido a esta longeva tradición, los quesos de oveja de Toro son galardonados, año tras año, con premios internacionales de quesos y gastronomía. Comprende variedades como el Reserva, Viejo, Curado o en manteca. Como culmen de esta filosofía gastronómica quesera, en 2016 se inauguró en la localidad toresana, el único Museo del Queso de Zamora, situado en un edificio colindante a la Quesería Chillón Plaza. Alberga numerosas piezas centenarias, historias y tradiciones de una familia de artesanos queseros. Las instalaciones del museo muestran tanto la recepción de la leche, como el proceso de elaboración del queso de oveja, el salado de las piezas, la fase de maduración y la expedición final del producto.

Entre la abundancia de carnes y sabrosos embutidos destaca el Chorizo Zamorano, uno de los más típicos de Castilla y León y conocido en toda España. Su materia prima básica son carnes frescas de cerdos grasos de capa blanca, todos ellos procedentes de explotaciones ubicadas en la provincia. Su exquisito sabor y su artesanal modo de preparación han sido avalados por la Marca de Garantía 'Chorizo Zamorano', creada en 2005. Hay, además, una gran variedad de elaboraciones tradicionales como estofados o asados. Uno de los más famosos, el Jabalí al vino tinto y las Patatas a la importancia.

La localidad cuenta con una gran variedad de vegetales procedentes de las huertas bañadas por el Río Duero. Sus productos hortofrutícolas son conocidos por su gran calidad y por la importancia económica que este aspecto le da a la comarca y que se sitúa como una de las primeras en lo relativo a la agricultura de la Comunidad. Destacan las legumbres, como el garbanzo o la lenteja.

Frutas de temporada y hortalizas frescas son el resultado de una vega rica en este tipo de cultivos que, junto al cereal y los viñedos, forman una gran despensa en la provincia.

La tradición y el cariño que desprenden los fogones de Toro invitan a degustar alguna de sus tapas más típicas, como las calandracas. Además, la ciudad brinda la oportunidad de maridar todas estas propuestas con los mejores vinos de la tierra. Su Denominación de Origen es fruto de siglos de experiencia. Cuenta con 64 bodegas volcadas con la elaboración de un vino con cuerpo y carácter propio.

Como punto dulce, la ciudad cuenta con postres tan característicos como los Melocotones al vino de Toro y el Bollo Coscarón o Repelada, sin olvidarse de los tradicionales Huesos de Santo en el día de los Difuntos o las Torrijas de Semana Santa.

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