Fevino conquistó y convenció

La pasión por este mundo y el impulso a la cultura del vino fueron los hilos conductores del Salón Profesional del Vino de Ferrol, que se celebró esta semana en Ferrol y en el que se pudieron degustar más de un millar de referencias

Carmen Fernández

Viernes 07 de Abril de 2017

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Y llegó la tan esperada décima edición del Salón Profesional del Vino en Ferrol. Llegó y convenció por su apuesta, la participación de bodegas y profesionales, el emplazamiento elegido y por el gran número de figuras destacadas del sector que se dieron cita en el en el Museo de la Construcción Naval (Exponav).

Figuras como Álvaro Palacios, Luis Gutiérrez, Marisol Bueno, Santiago Vivanco, José Peñín, Andrés Proensa y un largo etcétera arroparon con su presencia y participación una edición con la que se ha querido consolidar esta cita en el calendario, situándola al nivel de las grandes ferias del sector en España.

El director del Salón, Fernando Yáñez, destacaba la pasión como el hilo conductor que ha marcado la evolución de Fevino: pasión por el vino, por las tradiciones y por la gastronomía pero, sobre todo, una apuesta firme por poner en valor la calidad y la diferenciación de los vinos españoles y por la cultura del vino en nuestro país.

Algo más de 130 bodegas, 200 expositores y más de un millar de referencias son las cifras de una cita por la que pasaron cerca de 5000 personas, algo más del 80% profesionales del sector -distribuidores, comerciales, restauradores, críticos, periodistas o sumilleres-, con lo que se vio cumplido uno de los objetivos de esta décima edición: la paulatina profesionalización del salón.

Pero más allá de los números están las sensaciones que ha dejado una cita que, además, coincidía en el calendario con Vinis Terrae, en Ourense. La coincidiencia de dos citas para el sector en el tiempo no impidió, sin embargo, que las bodegas apostaran por Ferrol, compartiendo espacios, haciendo kilómetros y turnos para estar darle respaldo a esta cita profesional. Y es que el vino engancha y conquista, tal y como afirmaba la "gran dama del Albariño", Marisol Bueno, la primera mujer en recibir el Premio Excelencia de Fevino. La bodeguera del Pazo de Señoráns reconocía que el vino era "un mundo que me conquistó, una pasión que, además, permite fijar poblacion en el rural, generar riqueza y cuyo impacto es tal que ha cambiado el paisaje gallego".

Recogió el galardón junto con el enólogo Álvaro Palacios, Santiago Vivanco del Museo Vivanco de la Cultura del Vino; Félix Sanchidrián, director de comunicación y responsabilidad social de la Guía Michelín; Diego Ruiz, director de la Escuela de Hostelería de la Armada y Luis Gutiérrez, que adelantó en primicia mundial su nueva obra titulada "Los nuevos viñadores. Una nueva generación de viticultores españoles", un libro que no estará a la venta hasta el próximo 30 de mayo. Sin embargo un centenar de personas pudieron conseguir en exclusiva el libro durante la cata que Gutiérrez ofreció acompañando la presentación de la obra, una selección muy personal de 14 viñadores españoles que abarca la diversidad del territorio nacional, desde Tenerife al Priorat, en la que el catador de Wine Advocate quiso reflejar la relación entre los vinos, el paisaje, la gastronomía y la gente que los hacen posible, todos ellos bajo el hilo conductor del trabajo sostenible, en comunión con el campo y con las tradiciones.

Este adelanto mundial se convirtió así en la aportación de Luis Gutiérrez al salón, "mi regalo para Ferrol, donde tengo familia", como aseguraba el propio Gutiérrez, y que vino acompañado con la cata de los vinos de Pepe Raventós de Raventós i Blanc (Conca del Riu Anoia); Rafa Bernabé de Rafa Bernabé Viñedos Culturales (Alicante); René Barbier y Sara Pérez de Sara i René Viticultors (Priorat); Ricardo Pérez Palacios de Descendientes de J. Palacios (Bierzo); Rodrigo Méndez de Forjas del Salnés (Rías Baixas) y Telmo Rodríguez de Compañía de Vinos Telmo Rodríguez (Rioja).

Territorios por encima de variedades

Además del catador de Parker, Fevino también contó con la presencia de uno de los más destacados enólogos del mundo, Álvaro Palacios, cuya cata magistral fue, sin duda, uno de los hitos del Salón. Palacios, que se define así mismo como un hombre de lugares del Viejo Mundo, trasladó su pasión por el vino a todos los participantes en la cata, en la que destacó su profunda convicción en los terroirs como elemento diferenciador del vino, muy por encima de las variedades, que son el "catalizador" de este territorio. "Garnachista" convencido, habló con entusiasmo del Priorat y del Bierzo, donde hace vinos "como los de antes", en terrenos difíciles y rústicos pero con larguísima tradición en su cultivo. Bajo el título "Pasión por la Viña", en su cata se degustaron La Montesa 2015, Propiedad 2012, Villa de Corullón 2015, Moncerbal 2015, Les Terrasses 2015 y Finca Dofí 2015, a través de los cuales pudimos viajar en la evolución de propio Palacios en la búsqueda de territorios místicos con impronta histórica que les permita elaborar una viticultura comprometida y adaptada a la zona, creando vinos clásicos, de pagos únicos, prácticamente "caprichos de la naturaleza".

Vinos que "huelen a Galicia"

También hubo espacio para los vinos gallegos en una cata conducida por la sumiller Mercedes González, que hizo una selección personal de elaboraciones que considera puntas de lanza en el panorama vitivinícola gallego. Pedrouzos de Bodega Valdesil (DO Valdeorras), Gallaecia 2011 de Bodega Martín Códax (DO Rías Baixas), Fai un Sol de Carallo 2014 de Bodegas El Paraguas (DO Ribeiro), Father 1943-2013 de Crego e Monaguillo (DO Monterrei), Porto de Lobos 2014 de Ponte da Boga (DO Ribeira Sacra), Alpendre 2013 de Bodegas Ronsel do Sil (DO Ribeira Sacra) y Bancales de los alcornoques 2015 de Finca Míllara (DO Ribeira Sacra), una de las creaciones gallegas del prestigioso enólogo Raúl Pérez, fueron las elaboraciones que permitieron descubrir variedades autóctonas minoritarias como la Brancellao, Merenzao, Caíño o Araúxa que junto con otras sobradamente conocidas como la Mencía o el Albariño sitúan a estas elaboraciones a la vanguardia del vino en Galicia. Variedades que nos hablan de la enorme diversidad y riqueza de un territorio que sus variedades autóctonas consiguen expresar mejor que ninguna foránea, logrando que sus vinos "huelan a Galicia".

Al margen de marcas, de packaging o de atractivos nombres, que también suman a la hora de atraer a un mayor número de personas al mundo del vino, Fevino vino a demostrar que lo que cuenta, al final, es el líquido que hay dentro de la botella. Cambiará el nombre, la botella o su etiqueta pero no la pasión ni el trabajo con el que se elabora. Y esa pasión, ese conocimiento y el trabajo constante en la viña son los que, al final, dan como resultado elaboraciones que, como consumidores, podremos valorar en su justa medida si conocemos la historia que hay detrás de cada vino.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo
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