México importó 60 millones de litros en 2015, la cifra más alta de su historia

Las importaciones de vino han aumentado un 10,33% en volumen y han caído un 1,62% en valor, lo que refleja que en 2015 se ha importado más vino, pero a un menor precio

Viernes 17 de Junio de 2016

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El mercado mexicano del vino está en una fase de crecimiento en la que está experimentando profundos cambios. La oferta disponible de cara al consumidor final se ha incrementado a través de los diferentes canales de distribución y comercialización, con una fuerte presencia en el mercado de vinos importados, frente a una producción todavía moderada, aunque creciente, de vinos mexicanos.

En un contexto de inestabilidad económica a nivel global, la economía mexicana creció un 2,5% en 2015, pese a la complicada situación coyuntural debida al desplome de los precios del petróleo, la depreciación del peso frente al dólar y la volatilidad de los mercados financieros. Para 2016 se espera un crecimiento de entre el 2,6% y el 3,6%, por lo que las perspectivas son positivas.

Actualmente, la producción de vino en México sigue siendo muy inferior al volumen de vino importado, aunque va ganando presencia en el mercado gracias, sobre todo, a su aceptación y consumo por parte del público joven y al aumento del consumo por parte del público femenino.

Aproximadamente el 70% del vino que se consume en México viene del exterior. En 2015, se importaron 59,9 millones de litros, la cifra más alta de la historia. Sin embargo, las importaciones en valor han caído levemente con respecto al período anterior por primera vez en los últimos años, aunque siguen por encima de los 200 millones de dólares.

Con estos datos, el precio medio del vino importado en 2015 es de 3,74 dólares por litro, un 10% menos que el año anterior. Por tanto, comparando los datos de 2015 con los de 2014, las importaciones de vino han aumentado un 10,33% en volumen y han caído un 1,62% en valor, lo que refleja que en 2015 se ha importado más vino, pero a un menor precio. Sin embargo, el consumo per cápita en México sigue distando mucho (0,75 litros per cápita) del de países eminentemente productores, como España, Italia o Francia.

México cuenta con una población de 122 millones de habitantes. Sin embargo, se trata de un país de grandes contrastes y complejidad, cuya población es además muy joven, por lo que el número de potenciales consumidores de un producto como el vino es inferior a lo que puede parecer por el número total de habitantes. Por otro lado, el perfil del consumidor de vino en México ha variado. Ya no sólo está representado por hombres de mediana edad con un perfil socioeconómico medio-alto y alto, sino que hay un segmento más joven y dinámico de la población, hacia el que muchas de las casas de vinos han empezado a dirigir algunas de sus etiquetas. Asimismo, el consumo por parte del público femenino está creciendo gracias a su cada vez mayor incorporación al mercado laboral.

Cabe resaltar que en México actualmente hay un número importante de marcas (más de 4.000 etiquetas, de las que más de 2.000 son españolas) para el nivel de consumo en el país: se estima que tan solo dos millones y medio de personas toman vino, de las cuales, la mitad consumirían el 80%. Este hecho provoca una cierta saturación en el mercado de cara a la introducción de nuevas marcas, si bien es cierto que siguen existiendo nichos de mercado para determinados vinos. El vino que más se consume es el tinto, que representa más de la mitad de las ventas, mientras que otros tipos, como el blanco o el espumoso, se quedan en un 14 y 12% del volumen vendido, respectivamente.

España es el principal proveedor de vino a México en términos de valor y volumen. En valor, en 2015 suministró vino por un valor de 66,5 millones de USD, lo que supone una cuota de mercado del 29,6% del total de las importaciones. Por otra parte, en 2015, el volumen de vino importado de España alcanzó los 18,1 millones de litros, un 7,56% más que el volumen de vino importado de Chile. La cuota de mercado de España en volumen es del 30,34% del total de las importaciones.

El vino español goza de gran prestigio, en especial las D.O. Rioja y Ribera del Duero, las más conocidas entre los consumidores. No obstante, en los últimos años ha aumentado el interés por parte de los importadores en trabajar con vinos de otras zonas españolas, lo cual ayuda a la entrada de nuevos vinos en el mercado mexicano.

La forma de entrada en México se realiza de forma tradicional, es decir, a través de un importador/distribuidor local que comercializa el vino entre los puntos de consumo. También existe la posibilidad de exportar directamente a grandes cadenas de autoservicio y tiendas especializadas, aunque dependerá del volumen y rotación del producto existente en sus lineales. La facturación por la venta de vino es superior en el canal horeca que en el comercio detallista, con porcentajes del 63,13% y 36,86% respectivamente . Sin embargo, en términos de volumen la situación es opuesta: en el canal horeca tan solo se comercializa un tercio del total del vino (en litros).

Por otro lado, en México, el número de importadores es menor al de otros países más maduros, por lo que los agentes de la distribución están concentrados y especializados en varias zonas y productos.

Asimismo, a pesar de ser los importadores quienes ejercen de proveedores de vino al canal horeca y a la gran distribución, muchas grandes superficies y tiendas especializadas y gourmet cada vez importan más directamente de las bodegas.

En conclusión, a pesar de que el consumo aún sea reducido respecto a los estándares de los países eminentemente productores, se estima que habrá un crecimiento constante a medio y largo plazo. Además, han surgido nuevos nichos de mercado enfocados a consumidores más jóvenes, con vinos de una relación calidad-precio accesible a sus posibilidades.

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