El marketing del vino… ¡Las bodegas “se entregan” a la revolución digital!

Las bodegas españolas están progresivamente adaptando sus estrategias de marketing a la nueva era digital. Las compañías se han subido al carro de las nuevas tecnologías y de las redes sociales. Y se acercan al público joven, que tendrá la llave del consumo en España. Conocemos hoy el ejemplo de Freixenet.

Lunes 02 de Mayo de 2016

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La transición de las estrategias de marketing hacia el mundo digital "ya ha empezado" en Freixenet, consciente de que las redes sociales y las nuevas tecnologías "tienen un potencial que ni nos imaginamos" para llegar a un público joven.

Así lo explica en una entrevista con Efeagro el director de Marketing de Freixenet, Oscar Puig, quien también avanza novedades en cuanto al lanzamiento de vinos "al gusto" de este nuevo target de consumidor, que "comunicaremos al cien por cien en redes".

La compañía -con 23 bodegas repartidas en tres continentes- está inmersa en estas fechas en la campaña de vinos "Monólogo", una nueva etapa promocional dirigida a territorios vinculados con la cultura y las nuevas tendencias, y que se ha acercado también a las exposiciones y festivales culturales vinculados al sector juvenil.

Esta marca, pensada para el colectivo de 20 a 45 años, inició a principios de año una campaña en Twitter que ha contado hasta la fecha con 2.000 participantes; los 150 mejores tweets o micromonólogos serán publicados en un libro que se presentará el 2 de junio en Madrid.

El vino "forma parte de nuestra cultura", pero ésta "también ha cambiado y la gente la ve de otra manera, más alternativa. Pensamos que debíamos ir más allá y hablar con ellos en sus espacios", añade Puig.

En su opinión, "los jóvenes se están desarrollando en las redes y ya estamos más tiempo conectados que durmiendo incluso; el uso que se puede dar a las redes sociales para el marketing del vino es casi infinito".

En ese sentido, apunta que Freixenet seguirá realizando los tradicionales y esperados anuncios de televisión de cada año, pero avanzará en la adaptación hacia los formatos digitales.

"La difusión de nuestros mensajes publicitarios van ganando peso en las redes sociales frente a la televisión" porque dicho medio "esta cada vez más atomizado y es difícil llegar a todo el mundo", explica.

Sobre la importancia de distintas plataformas, recuerda que a Instagram, Facebook, Twitter o Youtube se unirán otras nuevas con gran interés, relacionadas con la "geolocalización".

"Estamos haciendo experimentos ya" en ese sentido, ya que estas redes sociales permiten, por ejemplo, que las personas que están en un restaurante puedan recomendar un vino de Freixenet o localizar una tienda de alimentación próxima que los venda: "Se podrá saber qué se bebe en cada zona o barrio".

Cada vez más en boga estarán, por otra parte, las aplicaciones que permiten a los usuarios compartir sus experiencias con las diferentes marcas de vino o su opinión respecto a las añadas.

Atraer al público joven
Puig cree que el vino puede ponerse "de moda" en España entre los jóvenes, pese al bajísimo consumo actual; en países del nuevo mundo vitivinícola, las personas que beben vino son más jóvenes, mientras que en España todavía se ve al producto como "algo más propio de sus padres o abuelos".

Sin embargo, la situación a su juicio está cambiando y hay un creciente interés, y las bodegas son conscientes de este movimiento.

"Hemos descubierto que a la gente joven le gusta el vino; lo que no les gusta tanto en Europa es el entorno tan tradicional, ni el lenguaje tan complicado con el que ha rodeado con frecuencia", indica.

También están muy pendientes a las "modas" que rodean el vino, para adaptar sus productos a la nueva demanda: "Hay una tendencia que ya se está instalando en España, aunque es de ámbito "mundial", que es el "afterwork", tomar una copa de vino después de trabajar".

Unos encuentros donde cobran protagonismo los rosados "pálidos" y vinos "más fáciles de beber", frescos, con fruta y sabores, de menos graduación o que "se acercan al refresco", destaca.

Pero, al mismo tiempo, Puig afirma que se valoran de forma creciente, entre los que ya hace algún tiempo que los consumen, otros vinos más complejos, "con un poquito de madera o criados sobre lías". GINÉS MENA / EFE

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