Recta final para que Valdemonjas pueda ganar los ‘Oscar’ de la arquitectura

La votación online se puede realizar hasta el 1 de abril y podría llevar a la bodega radicada en la D.O. Ribera del Duero a vencer en una categoría en la que compite con proyectos chinos, eslovenos, tailandeses y suizos

Miércoles 23 de Marzo de 2016

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bodegas Valdemonjas

Un proyecto realizado desde el máximo respeto al entorno, un diseño vanguardista y con un fin sostenible. Estos son algunos de los aspectos que han llevado a la Valdemonjas, una joven bodega ubicada en Quintanilla de Arriba (Valladolid), a estar en la final de los Architizer A+Awards, más conocidos como los Óscar de la Arquitectura. Al certamen se han presentado propuestas de más de un centenar de países.

En plena recta final de estos premios a nivel internacional convocados por la mayor red de arquitectura del mundo, el proyecto de esta bodega, radicada en la D.O. Ribera del Duero, continúa en la búsqueda de apoyos para vencer en la categoría de construcciones industriales (Comercial/Factory Warehouse). Las votaciones se pueden realizar online a través del siguiente enlace (http://awards.architizer.com/public/voting/?cid=18) y el plazo finaliza el próximo viernes 1 de abril. La candidatura de Valdemonjas compite con otros cuatro proyectos procedentes de China, Eslovenia, Tailandia y Suiza, por lo que el apoyo a su propuesta se hace necesario para llegar al podio de estos destacados premios.

“Queríamos transmitir una imagen de bodega pequeña, eficiente y potente a la vez que arriesgada, muy acorde con los principios que rigen Valdemonjas”, explican Ana Agag y Silvia Paredes, ambas formadas en los estudios de Foster&Partners. Unos principios que, en palabras de su gerente, Alejandro Moyano, buscaban crear “un proyecto pequeñito que pudiera sacar el máximo provecho del viñedo con el menor impacto posible sobre el medio ambiente. Lo más sencillo y fácil posible”.

Bodega autosuficiente

Así, Agag y Paredes pensaron que “el diseño de un edificio compacto, semienterrado, que surge del terreno, ayudaría a reforzar la imagen de una nueva marca de vino de la D.O. Ribera del Duero, cuya calidad ya se ha reconocido internacionalmente en países como Suiza, Dinamarca, México, Bélgica o Australia”. Es por ello que ambas arquitectas pensaron en una construcción que permitiese una bodega autosuficiente, de modo que sea totalmente autónoma al no requerirse conexiones ni de abastecimiento ni de electricidad y, al mismo tiempo, totalmente respetuosa con el medio ambiente.

Para llevar a cabo “el aprovechamiento sostenible del auga se ha diseñado una cubierta inclinada que nos diera la posibilidad de recoger el agua de la lluvia en unos aljibes subterráneos”. A esto se suma la creación de “un sistema eficiente de filtrado y tratamiento de agua, para que se pueda utilizar”, concreta Silvia Paredes.

Por su parte, la energía necesaria para el desarrollo del trabajo en la bodega viene dada por unos paneles fotovoltaicos integrados en la cubierta del edificio que, además de captar la energía solar, también sirven para dar sombra en el área de entrada y recepción de la uva. Para obtener una ventilación natural, se habilitaron unos sistemas pasivos de controlo solar en la fachada oeste, lo que les permite prescindir de sistemas de aire acondicionado, suponiendo un importante ahorro en costes.

Una destacada obra arquitectónica que responde a los valores de tradición, compromiso, humildad, orgullo y pasión de la familia Moyano-Agüera. Su proyecto nació con la voluntad de destacar un patrimonio vitivinícola único, Valdemonjas, El Nogal de la Valera, enclaves privilegiados en la Ribera del Duero. La firme apuesta por una viticultura paciente, sostenible y respetuosa con la planta y el terruño ha dado como resultado cuatro vinos de producción limitada. El Primer Beso, Entre Palabras, Los Tres Dones y Abrí las Alas son los nombres de las creaciones elaboradas bajo la peculiar visión de Luca D’Attoma que ha sabido aportar los valores diferenciales a cada uno de los productos.

De su pasión por el trabajo bien hecho, Valdemonjas ha llegado a la final de los Óscar de la Arquitectura. Solo hace falta un último empujón para que su candidatura pueda posicionar a España en la vanguardia del diseño de edificios sostenibles y autosuficientes, sirviendo como ejemplo para futuros proyectos vitivinícolas.

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