Enoturismo con Marqués de Cáceres o cómo se mima el vino

Incluso buenos conocedores y amantes del vino se sorprenden del esfuerzo que supone cada paso que conlleva su elaboración cuando visitan una bodega. En el caso de Marqués de Cáceres, la emblemática bodega de la familia Forner en la Rioja Alta, la sorpresa y el deleite son continuos. Su propuesta de enoturismo tiene un claro enfoque didáctico para conocer todas las fases del vino. Pero sin atosigar, permitiendo recoger cada sensación y haciendo que los recuerdos de la experiencia se graben en los cinco sentidos.

Las instalaciones

Cuando a principios de 2014 iniciaron el proyecto de enoturismo, todos los pasos se dieron pensando en que el visitante aprendiese y disfrutase al máximo. No escatimaron en inversión y mucho menos en imaginación. Para descubrir sus vinos exclusivos, habilitaron varios espacios en la bodega. Y en ellos integraron las instalaciones más significativas, de modo que nunca nos encontramos con un espacio cerrado, aislado de la realidad de la bodega, sino que todo está perfectamente imbricado.

Buenos ejemplos son la espectacular nave de barricas ‘Vinos Únicos’, que irrumpe de forma placentera en la vista y el olfato nada más entrar en ella, las comodísimas salas de cata, o el ‘Salón Cristal’, abierto sobre la vinoteca ‘Tesoros Enrique Forner’, un grandioso registro del ADN de la bodega que aglutina unas 13.200 botellas de añadas antiguas. Es en la vinoteca donde, como explican desde Marqués de Cáceres, más de un ‘vinófilo’ ha confesado que hasta verla “no había llegado a apreciar la dedicación y compromiso que conlleva cada tarea en el cuidado del vino”.

Eso en el interior, pero Marqués de Cáceres también ha preparado espacios exteriores para acoger al visitante en las jornadas de buen tiempo. En la conocida como zona ‘Excellens’ o en el ‘Jardín Satinela’ se puede disfrutar de un magnífico ambiente, en el que las diferentes facetas del mundo del vino cobran protagonismo y vida incluso a través de la decoración, elegante y a la vez moderna.

La intención, tal como indican desde la bodega, es partir de la tradición local para ofrecerle al visitante “una versión rompedora y actual, al proponer una proyección de futuro que da rienda suelta a la versatilidad de los Grandes Vinos para aproximar su valor cultural a todo consumidor curioso de adquirir conocimientos sobre el vino”.

El recorrido

Son conocimientos que se sorben paso a paso, ya que el recorrido didáctico muestra todas las fases del vino en las instalaciones de la bodega: la recepción de la uva, la mesa de selección, el proceso de vinificación, la estancia en barrica, la influencia de los diferentes robles, los tiempos de envejecimiento, los procesos de etiquetado o la colocación en cajas, tanto por la máquina como manualmente en el caso de los vinos de producción artesanal y de edición limitada.

Por supuesto, la visita no estaría completa sin una cata. En Marqués de Cáceres se adaptan a cualquier perfil de visitante y ofrecen tres opciones, todas ellas con degustación de queso. La opción Visita Básica incluye los vinos tradicionales, la Visita Premium se centra en los vinos de Edición Limitada, y en la Visita VIP los protagonistas son los vinos de Edición Limitada y el Gran Vino Gaudium.

Visitas especiales

La versatilidad de las instalaciones, con salas privadas, permite recibir tanto visitas particulares de grupos reducidos como más numerosos. En la bodega ofrecen servicios especiales y organizan eventos adaptados a cada necesidad. Si hay algo que miman tanto como el vino, es el visitante.

La oferta enoturística de Marqués de Cáceres se completa con programas especiales para grupos, como clases de iniciación a la cata, que en determinadas fechas ofrece su enólogo. Y también es importante estar atentos al calendario, puesto que con frecuencia nos podemos encontrar con propuestas muy interesantes. Las próximas son un showroom de moda, previsto para las fechas navideñas, y actividades de tapas y vino o cursos de coctelería a principios de 2016.