España exporta más del doble del vino que consume

Si hace apenas 10 años España consumía mayoritariamente en el interior de sus fronteras el vino producido, desde la campaña 2004-05 se empieza a exportar más de lo que se consume

Lunes 06 de Julio de 2015

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La producción de vinos y mostos en los últimos años en España se ha disparado. Después de siete años de tranquilidad, entre 2005 y 2011, con medias de producción sobre los 40 millones de hectolitros, la vendimia del 2012 se anticipó como muy corta en España – aunque luego no lo fue tanto – y otros países europeos y generó una subida extraordinaria de los precios en origen que tuvo nefastas consecuencias en los mercados.

Y justo después, en 2013, el efecto de las reestructuraciones, una climatología especialmente favorable y una voluntad extendida de aumentar los kilos producidos, llevaron al año record de producción en España con más de 52 millones de hectolitros, con consecuencias también negativas pero de signo contrario, que se han sufrido a lo largo del año 2014.

Producciones de vino y mosto que, además, se han encontrado con menos mecanismos de regulación con apoyo de fondos europeos y que, por lo tanto, tienen un inmediato reflejo en los mercados.

Si antes, en años de abundancia, se destinaban hasta 10 millones de hectolitros para beneficio de la industria del brandy, la fortificación de vinos o la exportación de alcohol, ahora, sin ayudas, lo que se produce de más o se destina a mosto, o se vende en el mercado nacional – que más bien disminuye – o, si no encuentra otra salida alternativa, se malvende en el exterior.

Del lado de la demanda, las alternativas, efectivamente, no son muchas. La industria del mosto se ha mantenido muy estable y consolidada en los últimos años, pese a la perdida, también, de algunas ayudas europeas. En la actual situación de precios relativamente bajos se ha mantenido una producción de alrededor de 5 millones de hectolitros, que subió hasta los casi 8 millones con la extraordinaria cosecha del 2013 y posiblemente retorne hacia los 5 con cosechas más normales como la que se estima para el 2014.

La elaboración de zumos, la producción de concentrados y la exportación, particularmente a Italia, siguen por buen camino. En lo que el balance denomina “usos industriales y mermas” y aunque no supone grandes volúmenes, la industria del vinagre y la elaboración de vermut, junto con las pérdidas, suponen algo menos de 2 millones de hectolitros, a los que deben sumarse destilaciones de subproductos por importe de entre 1,5 y 2 millones adicionales. En todos los casos, con evolución bastante estable, salvo en lo referido a destilación de subproductos, que oscila en paralelo a la producción global de vinos.

Las salidas mayoritarias para el mosto y vino español son, en todo caso, el mercado nacional y las exportaciones, que suman una media de 32 millones de hectolitros, pero en proporciones que han cambiado drásticamente en los últimos años. Sigue sorprendiendo ver los datos del balance vitivinícola del Ministerio de Agricultura que, en el siguiente cuadro, elaborado por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv), muestran el cambio radical que se ha producido en la comercialización del vino español en tiempos recientes.

Si hace apenas 10 años España consumía mayoritariamente en el interior de sus fronteras el vino producido, desde la campaña 2004-05 se empieza a exportar más de lo que se consume internamente y ya son cuatro campañas en las que las exportaciones son más del doble de lo que consumido en España.

Siguiendo la tendencia de otros países productores de vino pero de una forma exacerbada, los vinos españoles han salido a buscar en los mercados mundiales el consumo que no encontraba en casa. Si bien España siempre exportó vino, y podemos remontarnos hasta tiempos de fenicios y romanos, también parece claro, a la luz de esos datos, que la exportación masiva de gran parte de la producción es un fenómeno reciente.

Fuente: Memoria anual OEMV

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